En el marco del Año Jubilar de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco, se celebró el Miércoles de Ceniza en todas las parroquias de la diócesis de la Santa Cruz de Rancagua, dando inicio con ella, al tiempo litúrgico de Cuaresma, es decir, 40 días de preparación para la Semana Santa, que este año será el 27 de marzo.
En la Catedral de Rancagua, el padre Bernabé Silva Durán celebró el inicio de este período de oración, conversión y penitencia con un fuerte llamado a la misericordia y al perdón. Señaló que “el Papa nos ha convocado, especialmente durante este tiempo de Cuaresma, a ser ‘Misericordiosos como el Padre’, que es el lema de este año jubilar”.
Agregó que “este tiempo nos conduzca a la Puerta Santa que simboliza a Cristo, que da vida en abundancia”. Para ello, hizo un llamado “a ponernos a la escucha de la palabra de Dios y recuperar el valor del silencio en una sociedad rodeada de tecnología, ruidos y bullicios. ¿Cuándo guardamos silencio para escuchar al Señor? Debemos buscar este silencio para ahondar en el encuentro con el Señor”, enfatizó el padre Bernabé.
En la oportunidad, se celebró el tradicional rito de imposición de la ceniza, que fe recibida con humildad por los fieles. Estas cenizas se elaboran a partir de la quema de los ramos del Domingo de Ramos del año anterior, y son bendecidas y colocadas sobre la cabeza de los fieles como signo de la caducidad de la condición humana; como signo penitencial, ya usado desde el Antiguo Testamento; y como signo de conversión, que debe ser la nota dominante durante toda la Cuaresma.
Además, se hizo entrega de la tradicional caja- alcancía de la Campaña de Cuaresma de Fraternidad, que este año estará dedicada a los adultos mayores en situación de vulnerabilidad social.