Palabras del Pastor

Mons. Juan Ignacio González habla sobre la importancia del trabajo

- Enfatizó que el trabajo es una vocación y que se debe seguir el ejemplo de San José. Al mismo tiempo llamó a realizar los esfuerzos necesarios para que todas las personas tengan un empleo pleno y reconocido.

Monseñor, El 1 de mayo también se celebra la Solemnidad  San José Obrero, ¿Cuál es su enseñanza?

Ésta es una fecha que nos invita a meditar en la figura del patriarca, de aquel que tuvo como misión esencial cuidar, criar y enseñar a Jesús a ser hombre, como dice el papa Francisco en la oración dedicada al Año de San José, que estamos celebrando. No sabemos casi nada de él. Según los padres de la Iglesia y los evangelios, trabajó la madera y el hierro para hacer artefactos.

Pero ¿Cuál fue su principal enseñanza?

Su principal enseñanza es el trabajo oculto y silencioso de una familia, de la cual formaba parte la Santísima Virgen María y el niño Jesús.  Ese es el ejemplo del trabajo que debemos tener hoy. Todas las vicisitudes de un trabajador las vivió San José, por ello, es un ejemplo para nosotros.

Monseñor, en ese sentido, ¿Cuál es la importancia del trabajo para el ser humano?

El trabajo es una vocación. El hombre y la mujer fueron creados para trabajar y mantener y custodiar la creación: “Entonces el Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara”, es una cita muy bonita del Libro del Génesis (2, 15). Por lo tanto, es un don de Dios, un bien para el ser humano. Trabajar significa la transformación de uno mismo, de la naturaleza y de lo que hacemos en algo mejor, por eso que una vida sin trabajo corrompe al hombre. La pereza, que es la desidia y dejación para trabajar, destruye la dignidad de la persona. Por esa razón es importantísimo que exista la posibilidad de trabajar.

Por otra parte, todo trabajo es igualmente digno, el intelectual, el manual, el que implique fuerza física o intelectual, porque todo trabajo bien hecho y ofrecido a Dios lleva a la santidad, a la identificación con Dios y al servicio de los demás. Por ello, es importante que los sistemas económicos, las políticas públicas y las leyes sobre el trabajo sean para incentivar trabajos, para que las personas tengan en qué trabajar.

El trabajo es la vocación esencial del ser humano y la autoridad tiene que hacer todo lo necesario para que se llegue al deseo de tener un empleo pleno; para que el  trabajo de una madre que se dedica a cuidar a sus hijos, sea igualmente valorado y reciba el reconocimiento de quien trabaja fuera de la casa; para que quien trabaja en lo propio tenga los incentivos para crear sus pequeñas empresas, que son tan importantes en un país como el nuestro.

Monseñor, ¿Cuál es su visión de la situación actual del trabajo en nuestro país? 

Estamos en una situación muy delicada, hay cientos de miles de hermanos nuestros que han perdido su trabajo o que lo han visto disminuido o sus ingresos han bajado en relación al mismo trabajo, debido a la pandemia, a la situación social del país. Vemos los esfuerzos de las autoridades, más allá de la política, por conseguir recursos para lograr recursos para que las familias puedan subsistir, y ello nos indica que algo está fallando y que es precisamente el empleo. En ese sentido, todas las personas que tienen  la posibilidad de dar trabajo a otra deben ser conscientes de que todo trabajo tiene una dimensión social que implica el bien de terceros, de las familias del trabajador, por lo tanto, sólo de manera extraordinaria y después de mucho sacrificios personales, es posible poder decirle a alguien que no puede seguir trabajando. Al mismo tiempo, en situaciones de crisis, quienes reciben una remuneración y cuya empresa no puede mantenerlas debido a la pandemia, deben vivir más sobriamente con lo justo, con lo necesario.

Con la situación actual del mundo y del país, está comenzando un cambio en nuestra manera de ver la vida y creo que está aflorando la sobriedad y una vida más espartana, como la de nuestros antepasados. Este tiempo de consumismo, que hemos vivido y que todavía está presente, va empezar a terminar, porque nos vamos a dar cuenta que hay cosas esenciales y otras no.