El Obispo de la Diócesis San Juan Bautista de Calama, Óscar Blanco Martínez, recibió su nuevo ministerio episcopal en una ceremonia realizada ayer 19 de mayo en el Colegio Instituto Obispo Silva Lezaeta de la ciudad de Calama.
En su mensaje a los fieles que le acompañaron en la celebración de Ordenación y Toma de Posesión, el obispo tuvo especial agradecimiento para sus hermanos del Episcopado que generosamente –apuntó- le han acompañado desde que se conoció la noticia de su nombramiento.
Particularmente, se dirigió al Obispo de Rancagua, monseñor Alejandro Goic que presidió la Eucaristía de Ordenación, señalando que “durante 10 años estuve en su diócesis, me acogió, me ayudo y fue mi Pastor, mi amigo y mi hermano, estoy tremendamente agradecido de él”.
Cada uno de los ritos de la ordenación fue seguido con emoción y alegría tanto por quienes fueron de Rancagua a acompañar a monseñor Blanco como por quienes lo recibieron en su diócesis, además estaban sus hermanos de la Orden Madre de Dios, sacerdotes, familiares y amigos. Todos unidos en oración por su ministerio episcopal.
Al momento de la misa, en la Parroquia de El Carmen se efectuó una vigilia para acompañarlo también en oración.
El Obispo de Rancagua señaló en la oportunidad “por bondad de Oscar, él me pidió que yo lo consagre. Me correspondió presidir esa santa misa. Vi la gran alegría de la comunidad de Calama que recibía con gran gozo a su segundo pastor. En la homilía que presidí en la primera parte de la santa misa, le dije a Oscar que amara mucho a Jesucristo, de quien es seguido y lo llamó a este ministerio; que amara mucho a la Iglesia, especialmente a la Iglesia en Chile y particularmente a la que va a presidir en Calama; y en tercer lugar, que ame mucho a los hombres y mujeres de esa zona que le ha correspondido pastorear. Los amores de un pastor son esos: Jesús, su Iglesia, sus hermanos. Conociendo a Oscar creo que lo va a hacer muy bien porque es un hombre con una talante evangélico importante, que ama al Señor, a la Virgen María, congregación Madre de Dios a la que pertenece, va a amar a Dios, a su Iglesia y a toda la gente que Dios le va aponer en su camino para que la sirva, la ame y se comprometa con todos ellos. Hemos orado por él para que Dios lo haga un pastor bueno, fiel de toda esa comunidad del norte”.