Actualidad Diocesana

Un llamado a reconstruir las confianzas

Martes 20 de Septiembre del 2016
"Necesitamos trabajar en forma seria y responsable en recomponer las confianzas en nuestra sociedad, en nuestras instituciones y en nuestras relaciones sociales". señaló monseñor Goic.

Hasta el templo Catedral de Rancagua llegaron autoridades regionales, encabezadas por el Intendente Pablo Silva, representantes de las fuerzas armadas y de orden, y fieles para orar por Chile y sus habitantes en el día de la patria. “Hoy, nos unimos como familia creyente para dar gracias a Dios por el regalo de esta tierra con sus campos, desiertos, playas, vientos y nieves, con sus niños, jóvenes, adultos, ancianos, familias. Chile debe ser Mesa para todos” se señaló al iniciar el Te Deum este 18 de septiembre. 

La ceremonia fue presidida por el Obispo Diocesano, monseñor Alejandro Goic Karmelic, quien señaló que “necesitamos trabajar en forma seria y responsable en recomponer las confianzas en nuestra sociedad, en nuestras instituciones y en nuestras relaciones sociales. Sabemos, por la memoria histórica de nuestro país, que no es fácil reconstruir las confianzas, pero sabemos también que es posible. Es una tarea que requiere de mucha generosidad y responsabilidad social, de mucho diálogo y búsqueda de acuerdos al servicio de nuestro pueblo. Es una tarea que requiere de todos la necesaria altura de miras para ir más allá de las querellas inútiles y estar a la altura de las circunstancias que vivimos”.

En ese contexto expresó que “en la memoria histórica de nuestro país, tenemos no sólo experiencia que esta insustituible misión de restaurar confianzas es posible, sino que tenemos preclaros testigos de lo que es ser ciudadanos responsables en los distintos ámbitos de la vida de la sociedad. Tenemos la memoria de políticos honestos y generosos en el servicio público, la memoria de hombres y mujeres entregados con transparencia a la organización de los trabajadores y defensa de sus derechos, tenemos la memoria de quienes con lealtad han puesto su vida al servicio de los derechos humanos, tenemos la memoria de educadores y educadoras que con el ejemplo de sus vidas han puesto calidad a la formación de generaciones de estudiantes, tenemos la memoria de hombres y mujeres que han sido abnegados y alegres servidores de los pobres y sufrientes de nuestra sociedad”.

Sin querer ser exhaustivo, monseñor Goic en su homilía dio cuenta de cuatro actitudes fundamentales en la tarea de recomponer las confianzas básicas: “Para recomponer confianzas hay que hacer el elemental aprendizaje hablar siempre con la verdad. Es obvio, pero parece necesario que lo recordemos y que lo hagamos en nuestra vida social; hay que sanar las heridas que dejan las querellas inútiles, las ambiciones de poder, y el desencanto de las ilusiones traicionadas. Esto requiere de mucha humildad, esa que es imprescindible para cualquier forma de servicio público y-también- eclesial. La humildad de saber pedir disculpas sinceras y de ofrecerlas generosamente a quien las pide; hay que creer siempre -contra viento y marea- que el diálogo es la forma de la vida en sociedad, y así volver a hacer el aprendizaje de que importa más la calidad de la relación con el otro que el triunfo sobre el otro; y necesitamos leyes y normas que regulen adecuadamente la vida social en todos sus ámbitos -la vida política y su relación con la actividad económica, la defensa de la vida y la seguridad de los ciudadanos, el adecuado acceso de todos -especialmente de los más necesitados- a los bienes comunes y servicios públicos, y un largo etcétera que está confiado a la tarea de los legisladores y a su capacidad de ver y escuchar al conjunto de la sociedad”, precisó.

La celebración siguió con importantes símbolos, destacando en la oración universal las peticiones a Nuestro Señor por la familia de la Iglesia; por los gobernantes, parlamentarios y demás representantes nacionales, regionales y comunales; por los niños y jóvenes y sus familias; por los enfermos y por quienes los cuidan en los hospitales y clínicas; por nuestros pueblos originarios, mapuches, aymaras y rapanuis; y por aquellos que tienen capacidades diferentes.

Al finalizar la ceremonia con el tradicional canto del Te deum, la mayor parte de los presentes se trasladaron hasta la plaza de Los Héroes para participar en el desfile cívico militar.