La Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Pumanque, construida el año 1824, resultó completamente destruida después del terremoto de 27F de 2010.
Este era de estilo colonial, el cual se conservó en la reconstrucción. Es así como la Iglesia se emplazó en el mismo sitio parroquial, donde además se creó una plaza de encuentro tras la salida de la misa; se instaló el antiguo campanario y se mantuvo el diseño greco-romano de la parroquia original, con los arcos de medio punto.
El proyecto fue financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) repuso completamente el templo de 1.098 m2.
De estos, 888 m2 corresponden a la nave central, recinto del sagrario, sacristía, altar principal, capilla con altar y velatorio, 50 m2 al coro y 8 m2 a la torre de campanario, en el tercer nivel.
La iniciativa también consideró el equipamiento total del recinto. Las obras fueron ejecutadas por la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas (MOP) y consideraron una inversión de más de mil millones de pesos.
En la ceremonia de dedicación estuvo presente la gobernadora de la Provincia de Colchagua, Carolina Cucumides, junto a la seremi de Obras Públicas, Natalia Sánchez, el alcalde de Pumanque, Francisco Castro, además de sacerdotes y la comunidad cristiana.
Tras la ceremonia inicial donde fueron entregadas las llaves del templo al Obispo de Rancagua y posteriormente, éste se las entregó al párroco, padre Cristian Salazar, la comunidad junto a las autoridades ingresaron al templo para participar de la Eucaristía.
En la oportunidad, monseñor Alejandro Goic Karmelic agradeció a los últimos dos gobiernos y parlamentos por haber permitido esta glosa mediante la cual se obtuvieron los recursos para reconstruir edificios privados de uso público. De otra manera, enfatizó, habría sido imposible reconstruir los templos”.
Agregó que “los templos no sólo son expresión del culto católico, sino parte de la historia e identidad de los pueblos y así lo han entendido las autoridades”.
Al mismo tiempo agradeció “a la comunidad por su perseverancia y a los padres José Vergara, quien inició el proyecto del templo; y al padre Cristian Salazar con quien concluyó esta maravillosa obra”.