Palabras del Pastor

Obispo de Rancagua saluda a las madres en su día

Nuestro pastor destacó la labor de las madres y, especialmente, de todas aquellas mujeres que con cariño y amor han asumido la responsabilidad de traer al mundo y criar a sus hijos solas.

Monseñor hoy domingo 13 de mayo, se celebra el día de la madre, ¿cuál es su mensaje para todas ellas?

Más allá del aspecto comercial que suele dársele a estos días especiales, es maravilloso que la sociedad destaque un día al año la función y labor de las mamás. Recuerdo haber leído un bellísimo boceto a la madre, escrito por un antiguo obispo ya fallecido, Ramón Ángel Jara, quien compara a la madre, diciendo que en ella hay algo de divino, porque la entrega, el amor, el cariño que la madre pone para tener a sus hijos durante nueve meses en su vientre, luego dar a luz  a una nueva vida humana y alimentarla y cuidarla, especialmente durante los primeros años de vida, es algo único e incomparable. Por eso es bueno que se destaque el valor, el sentido profundo que cada mujer tiene y aporta a la sociedad y que se valore la maternidad como se está haciendo en muchos países y también en Chile con leyes de pre y postnatal, que dan la posibilidad de estar varios meses al cuidado de esa creatura que recién empieza a existir; es un reconocimiento de la importancia trascendental que tiene la mujer madre en la historia de un pueblo, de un país. En ese contexto, como pastor quiero saludar a todas las madres de nuestra región, especialmente, a aquellas que por situaciones específicas de sus vidas, están viviendo situaciones difíciles y especiales. Que Dios les acompañe, les ayude a vivir con gozo esa condición de mujer y de madres.

 

Monseñor, en Chile existen actualmente distintas formas de hacer familia, donde muchas veces las mujeres asumen solas la jefatura del hogar y la crianza de los niños, ¿qué le diría a ellas, a esas mujeres que quizás este día especial lo pasarán solas junto a sus hijos?

Personalmente conozco a muchas madres que son jefas de hogar, en algunos casos, porque son madres solteras y en otros porque sus esposos las han abandonado; y como se dice en buen chileno “yo me saco el sombrero´” delante de tantas madres que asumen con una gran responsabilidad la maternidad, pero también la conducción de su hogar, teniendo que laborar en diferentes frentes del trabajo para llevar el sustento necesario para sus seres queridos.

Siempre me han emocionado las madres solteras; he conocido a tantas que muchas le han aconsejado que eliminaran esa vida, pero han tenido el valor y el coraje de mantener esa existencia hasta darla a luz y de trabajar con honestidad para hacer de esos niños y niñas, personas en el más profundo sentido de la palabra. Por eso que existe algo de heroísmo en muchas madres, madres que a veces han sufrido para dar a luz a su hijo y lo han asumido con cariño y entrega. 

Por eso, el poeta tenía razón al decir que en la madre hay algo de divino, porque Dios en su hijo Jesucristo nos da vida, vida en plenitud y la  mujer madre está dispuesta a dar su vida por aquellos que lleva en su vientre por cuidarlos y criarlos, por eso a todas las madres que viven situaciones especiales, madres jefas de hogar, solas, madres solteras,  el cariño y el aprecio de la Iglesia y de este pastor.