Monseñor, a partir de hoy, domingo 20 de mayo, se inicia la celebración de la semana de oración por la unidad de los cristianos. ¿Cuál es su significado?
El cristianismo tiene tres grandes vertientes a lo largo de 20 siglos, la Iglesia Católica desde sus orígenes; en el siglo XI, en el oriente, se separó de la Iglesia Católica y se formó lo que llamamos la Iglesias Ortodoxas; y luego, en la Reforma Protestante, en el siglo XV y XVI. Son tres vertientes que confiesan la Fe en Jesucristo, como el Hijo de Dios, el redentor de la humanidad. Pero, sin duda, entre estas tres grandes Iglesias cristianas hay diferencias, entonces la Semana de Oración por la unidad de los cristianos, pide al Espíritu Santo que nos regale la gracia de la mutua comprensión y el mutuo amor. No se trata de que unos dejen de ser lo que son, pero que juntos seamos testigos del amor de Jesucristo. A lo largo de la historia, tenemos que reconocerlo, por parte nuestra y de las otras Iglesias cristianas, ha habido a veces intolerancia, prejuicios. Sin embargo, gracias a Dios, mucho de eso se ha superado o se está tratando de superar, con la acción ecuménica, de respeto a cada una de las vertientes del cristianismo y para que nos amemos en Cristo, porque el principal mandamiento, es amarnos como hermanos; para que luego también podamos hacer acciones en conjunto, es lo que llamamos la acción ecuménica y es lo que cada año se realiza antes de la fiesta del Espíritu Santo, que es justamente, la fiesta del Espíritu que nos llama a ser uno, a dar testimonio del amor, a servir juntos a nuestro mundo. Por lo tanto, una invitación a toda la comunidad a orar para que los cristianos, en sus tres dimensiones, nos respetemos, nos amemos, y colaboremos en la transformación de nuestro mundo.
Monseñor, ¿Se realiza alguna acción especial para orar por la unidad de los cristianos?
En nuestras misas, de la Iglesia Católica, porque es ahí donde tenemos responsabilidad, hacemos referencia a esta intención de orar por la unidad de todos los cristianos, en la homilía y se hace presente en la plegaria eucarística, en la oración de los fieles. La experiencia nuestra, aquí en la Sexta Región, hay muchas vertientes de las Iglesias protestante y de las Iglesias llamadas también evangélicas. El Señor lo que nos pide es que nos respetemos, que nos tratemos como hermanos, más allá de las diferencias que tenemos. Pero es mucho más lo que nos une, porque lo que nos une es la fe común en el Hijo de Dios, en el redentor de la humanidad, entonces es esa la invitación, a orar para lograr esta comunión de amor efectiva y afectiva, entre los que profesamos la fe en Jesucristo, el Hijo de Dios.