Monseñor, ¿Cuál es la importancia de unirse a la consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María, celebrado el pasado viernes?
El papa Francisco invitó a toda la Iglesia a que nos uniéramos a este acto de fe el día viernes, donde él consagró al Inmaculado Corazón de María a los países de Rusia y Ucrania, que hoy están enfrentados. El papa Francisco nos invita a creer en la fuerza y el poder de la oración, en aquello que nos enseña Jesucristo: “Pidan y se les dará”. Por lo tanto, es toda la Iglesia extendida por el mundo, suplicando y confiando al Corazón de la Virgen, a sus cuidados de madre, su intercesión ante Jesús y nos alcance del Señor la gracia de la paz para estas dos naciones y para tantas otras que están sufriendo el flagelo de la guerra. Para mí fue una gran alegría habernos unido, casi en el mismo horario, a la consagración, desde La Compañía, un santuario tan querido para toda la diócesis de Rancagua, junto a algunos sacerdotes. Invito a todos a seguir rezando por el don de la paz y confiando en el poder de la oración y de intercesión de la Virgen Santa ante su hijo Jesús y así podamos gozar días de paz.
Monseñor, ¿Cuál es su evaluación de la consulta sinodal realizada durante el pasado fin de semana en las parroquias de nuestra diócesis?
Fue motivo de mucha alegría y quiero felicitar a la comisión diocesana sinodal, encabezada por el Vicario Pastoral, padre Juvenal Galaz, que nos invitó a participar en esta consulta sinodal. El domingo pasado se dio la oportunidad que todos quienes fueron a misa, hombres, mujeres; adultos, jóvenes, contestaran lo que sentían en relación con la Iglesia. Viví esta experiencia el sábado en la parroquia de El Manzano y el domingo en la parroquia Monte Carmelo y vi a las personas muy interesadas, con mucha alegría e ilusión. La gente se sintió participando, diciendo lo que siente en lo profundo de su corazón. Ahora está el trabajo de tomar todas esas respuestas y tabularlas y hacer un resumen que será también nuestro aporte como iglesia diocesana a la iglesia universal en este tiempo sinodal: ¿Qué es lo que sueño de la Iglesia?, ¿Qué es lo que quiero para la Iglesia?, ¿Qué es lo que me duele de la Iglesia?, ¿Cuándo me siento Iglesia? Ha sido una gran alegría esta consulta sinodal, una iniciativa que a nivel nacional se quiere replicar en todos los santuarios del país. Fue muy bonito ver que el trabajo que se realizó en Rancagua llamó la atención en otros lugares y se puede replicar. En ese espíritu invitar a seguir rezando por el Sínodo y en la medida que podamos participar, sumarse al trabajo que se está realizando en las parroquias, en los distintos grupos para aportar y sentirse cada vez más Iglesia.
Monseñor, los estudiantes ya regresaron a clases presenciales ¿Cuál es su llamado a los profesores de religión en esta nueva normalidad?
Alegrarnos porque los niños y niñas ya han regresado a clases a los colegios. He conversado con algunos docentes y todos han regresado con mucha alegría e ilusión, pero se nota que estos dos años sin colegio presencial ha afectado la rutina escolar. Por lo tanto, hay un trabajo de adaptación a la vida comunitaria, a respetar los protocolos.
Para animar a los docentes de religión en su tarea, hace algunos días, tuve un encuentro y celebré la Eucaristía. Sin embargo, quisiera hacer un llamado a los papás católicos: Exijan en sus colegios las clases de religión e inscriban a sus hijos en ella. Debemos dar gracias a Dios que, en nuestro país, con un gobierno laico se permita que haya clases de religión. Una clase donde se inculcan valores, se entrega el conocimiento de Jesucristo, el Señor, y eso es algo muy valioso. Por ello invito a los padres creyentes católicos que asuman su responsabilidad. No sólo somos intelecto, el camino de Dios también nos sirve para la vida, nos permite descubrir que somos creaturas, que entre nosotros somos hermanos; descubrir valores, el respeto, la convivencia y nos enseña para vivir aquí en la tierra y prepararnos para el cielo. Una clase de religión de ninguna forma es una clase perdida. Papás, mamás católicos pidan la clase de religión e inscriban a sus hijos. Además agradezco a los profesores de religión y a la Vicaria de la Educación que animan esta tarea tan importante.
Por otra parte, se acerca Semana Santa ¿Cómo deberíamos prepararnos para vivirla?
El próximo domingo 10 de abril es Domingo de Ramos, una gran fiesta en nuestra Iglesia y a la que estamos todos llamados a participar. El siguiente domingo 17 de abril, será la Pascua de Resurrección, el día más Glorioso del año en la Iglesia. En ese espíritu invitaría a los católicos a que vivan su fe. Han sido dos años sin celebrar Semana Santa de forma presencial. A todos nos encantaba ir al Domingo de Ramos, al Vía Crucis, a la Vigilia Pascual. Ahora es tiempo de volver a participar. Desde ya, dispongámonos a vivir esta Semana Santa, desde el 10 hasta el 17 de abril. Es una semana completa, que comienza con Domingo de Ramos y donde las parroquias y capillas realizan diferentes actividades.
Este año invitaría a los adultos, a los jóvenes, a los niños a proclamar que creemos en Cristo de forma presencial.