Queridos hermanos y hermanas:
Dios es amigo, amigo del tiempo presente, del ahora, de "este preciso momento..." Siempre espera el cambio de rumbo en nuestra vida que nos acerque a Él para darnos en el alma el abrazo más cariñoso que podamos imaginar. ¿Por qué no ahora? Esa es la razón del Tesoro del tiempo: instantes para amar a Dios y dejarnos amar por Él.
El tiempo es un don pero desconocemos su duración. Por eso es tan importante que nos tomemos en serio el "hoy y el ahora", ya lo dice la sabiduría popular "no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy". Y esta actitud la tenemos que poner en práctica en nosotros mismos y también en hacer caer en la cuenta a quienes queremos.
Las vacaciones son un tiempo para descansar, de aliviarse de las tensiones de la vida diaria de trabajo. Es tiempo para dedicar a todas aquellas actividades nobles y divertidas que anhelamos hacer durante el curso del año, pero que bien por falta de tiempo, o por las condiciones climatológicas no las podemos disfrutar.
Cuántas veces echamos de menos poder dedicar una conversación pausada en un paseíto con el esposo o la esposa, o con este hijo, organizar una completada con los niños y con los amigos, leer ese libro tan apetecible, contemplar el horizonte desde la cumbre de un cerro, contar cuentos a los hijos pequeños metiendo a toda la familia en el relato haciendo hablar a los personajes del cuento con el más pequeño y riendo con sus salidas infantiles... Desde la paz del tiempo libre es más fácil disfrutar del silencio, de la amistad, del cariño, del trato con Dios.
Si queremos llenar de verdad el verano es importante, pues, que la elección de cómo pasar estos días esté bien planificada. A todo lo que damos importancia, lo preparamos con antelación, y aunque la improvisación es también parte de nuestra vida, conviene tener claro qué es lo que queremos y qué medios vamos a poner para que las vacaciones sea lo que esperamos de ellas.
Lamentablemente no todos tienen la oportunidad de salir a otros lugares de paseo, pero sí todos podemos llenar de sentido los días de descanso donde quiera que estemos. Hagamos el esfuerzo de que nuestros días de vacaciones sean días de encuentro y cariño entregado. Esto nos llenará de alegría a nosotros y a los que queremos.
Les bendice
+ Guillermo Vera Soto
Obispo de Rancagua