Cien años atendiendo las necesidades pastorales de los fieles cumplió el templo Buen Pastor de Rancagua, dependiente de la Parroquia El Sagrario, que fue celebrado con una misa este 15 de octubre. En la Eucaristía de Acción de Gracias, presidida por el Vicario Parroquial de El Sagrario, Padre Cristian Giadach y concelebrada por el Párroco, Padre Gabriel Becerra, los fieles dieron gracias a Dios por esta Casa de Oración. En su homilía, el Padre Gabriel recordó la importancia de vivir en amistad con Dios, participando del banquete de la eucaristía, la cual se ha celebrado desde hace cien años en el Templo. Los signos más distintivos dentro de la Eucaristía, fue una réplica del decreto de colocación de la primera piedra del templo, del año 1902, y el decreto vaticano por el cual se permitió la celebración eucarística en la Iglesia.
Al finalizar la Misa, se procedió al descubrimiento y bendición de una placa conmemorativa, la cual se ubicó a la entrada del Templo, en la cual se reseña el primer centenario del Templo. Luego, tuvo lugar un compartir fraterno en dependencias de la Iglesia para festejar este cumpleaños tan especial.
Historia
Este templo nació al alero de las religiosas del Buen Pastor, que se encontraban en la diócesis y tenían una pequeña capilla que se hacía muy estrecha. Por ello que iniciaron una campaña para recaudar fondos y construir un templo. Gracias a esta campaña se recibieron importantes aportes; entre esas contribuciones se destacan dos señoras rancagüinas Adelaida de Araya y Emilia Abaitúa de Cornejo.
El 17 de enero de 1904, se puso la primera piedra para la construcción, que comenzó muy lenta, de acuerdo a los recursos que se recibían. Así, después de 13 años, el 17 de octubre de 1917 tuvo lugar la inauguración del templo. Ese día la ceremonia comenzó a las 15:00 horas, con una procesión y la participación de un buen número de sacerdotes y religiosas de la comuna y sus alrededores. En el templo esperaban autoridades de la región y los invitados de Santiago, también en forma destacada estaban las familias benefactoras que habían cooperado para levantar esta iglesia.