Palabras del Pastor

Día del Catequista

"Todos conocemos a algún catequista, alguna catequista, saludémosle en este domingo y agradezcamos el gran servicio que nos hicieron acompañándonos en el crecimiento de la fe", señaló el obispo de Rancagua.

Queridos hermanos y hermanas:

Cada año, el domingo de la Ascensión del Señor que hoy celebramos, escuchamos el Evangelio donde Jesús, antes de partir, envía a los apóstoles diciéndoles: “Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir con todo lo que Yo les he mandado…”. La tarea encomendada a los apóstoles será la tarea de cada cristiano en general y de un modo especial de quienes en la Iglesia llevan el nombre de Catequista.

En cada una de nuestras comunidades cristianas, contamos con hombres y mujeres que generosamente realizan la tarea que la Iglesia les encomienda y que es catequizar, es decir, instruir de viva voz acerca de las verdades de la fe que Jesús nos enseñó.

El catequista ha de hacer resonar en el corazón de quienes desean conocer más al Señor y acercarse a Él en la celebración de los sacramentos, el Evangelio, las enseñanzas de la Iglesia y cómo vivir de acuerdo con ello.

En los Hechos de los Apóstoles 18, 23-28, se nos cuenta de un hombre llamado Apolo, el cual habiendo conocido el mensaje del Evangelio y por el cual estaba lleno de fervor, se dedicaba a exponer con precisión lo que se refiere a Jesús.

Cada catequista ha de hacer lo mismo, habiendo conocido a Jesús se dispone a que otros también puedan conocerlo, ya que ha entendido que: “Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo descubierto en nuestras vidas es lo mejor que nos puede haber pasado y darlo a conocer a otros es motivo de nuestro gozo”. Por esto cada catequista se prepara en la oración, se forma junto a su párroco, estudia, se capacita, para que su palabra y vida sea una luz en el camino de tantos niños, jóvenes y adultos que desean conocer a Jesús, camino, verdad y vida.

En la comunidad de la Iglesia, los catequistas ocupan un lugar especialísimo y, por eso, en este domingo damos gracias a ellos y los celebramos de manera especial, y lo que hacemos como comunidad creyente hemos de hacerlo también de manera personal, sí, agradecer y valorar a aquellas personas que nos enseñaron acerca de Jesús, aquellos que me mostraron el camino que lleva al cielo.

Todos conocemos a algún catequista, alguna catequista, saludémosle en este domingo y agradezcamos el gran servicio que nos hicieron acompañándonos en el crecimiento de la fe. Y como valoramos lo que es creer en Jesús, sintamos que en nuestras manos está la tarea de que el Señor sea más conocido, amado y servido; por lo mismo, hablemos de nuestra fe, instruyamos a los cercanos a que conozcan al Señor y su Evangelio, procuremos que muchos accedan al Bautismo de Salvación, y esto hagámoslo desde la convicción de que nada puede haber mejor que seguir al Señor.

Que algunos sientan la invitación de realizar esta misión a nombre de la Iglesia siendo catequista, pues se necesitan muchos jóvenes y adultos que deseen guiar a otros tras las huellas de Jesús, el Señor que envió a los apóstoles y nos continúa enviando a nosotros para llevar al Buena Noticia de Salvación.

 

Que Dios los bendiga

+ Guillermo Vera Soto

Obispo de Rancagua