“Se cumplió el objetivo de mostrar un rostro alegre de nuestra Iglesia; de sembrar la semilla para revitalizar la Infancia Misionera; de reencantar a los jóvenes para que se "tomen" las parroquias y les den vida; y de volver a revivir las pastorales familiares con más fuerza que nunca”, señaló Eduardo Córdova, uno de los organizadores Encuentro de Familias, que se realizó ayer 20 de octubre, en la Multicancha de Santa Elena de Codao, en la comuna de Peumo.
A este encuentro se invitó a toda la comunidad de la Diócesis de Rancagua, en especial a los del Decanato de Santo Apóstoles, al que pertenece la parroquia de Peumo, en el marco del Mes de la Familia.
“Fue una locura, una ilusión y un sueño cumplido gracias a la inspiración y fuerza del Espíritu Santo y el gran equipo que trabajó contra viento y marea para revivir esta bella tradición”, explicó Eduardo Córdova, que como la mayoría de los miembros de la comisión organizadora habían dejado de participar activamente en la Iglesia desde hace tiempo, pero que este año volvieron con más ímpetu y fe.
Así, cerca de dos mil personas participaron de esta verdadera fiesta, que partió con la música y las dinámicas del grupo “Ministerio Effata”, luego hubo actos de diferentes colegios.
Este picnic familiar siguió con una eucaristía, celebrada por el administrador apostólico de Rancagua, monseñor Fernando Ramos. “Tuvo bellísimos signos y una banda de lujo que cantó hasta emocionar a todos”, dijo uno de los asistentes.
Por la tarde siguió la música junto a Fernando Leiva, que hizo cantar y disfrutar a los presentes; y se finalizó con una banda que entusiasmó e hizo a todos bailar, mostrando de ese modo la alegría de seguir a Jesucristo.