Palabras del Pastor

Palabra de Dios: Orientación, esperanza y guía para nuestra vida

• Este 26 de enero es el domingo de la Palabra de Dios. La invitación de monseñor Guillermo Vera, obispo de Rancagua, es a darnos tiempo para leerla y meditarla, pues es una guía para la vida y alimento para nuestro espíritu.
 
Muy queridos amigos y amigas. 
Hace 6 años atrás el Santo Padre, el Papa Francisco, quiso que el tercer domingo del tiempo ordinario en la liturgia de la Iglesia, fuera un domingo dedicado a meditar como creyentes en lo fundamental y lo necesario que para nosotros es la lectura y la escucha de la Palabra de Dios.
Corresponde, entonces, que este domingo 26 de enero podamos como comunidad creyente, detenernos a reflexionar sobre el valor que tiene esta Palabra de Dios, la cual nosotros hemos de leer, meditar, rezar y escuchar con atención cada vez que nos reunimos a celebrar la Santa Misa, a celebrar cualquier sacramento, o en todo momento de oración que tenemos.
La Palabra de Dios tiene un lugar muy importante en nuestra vida y nosotros no tenemos que olvidar lo que nos dice el Señor: “no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” y, por lo tanto, la palabra que escuchamos el domingo en la Santa Misa es alimento para nuestra alma. Cuando participamos de la eucaristía, por diversas circunstancias, a veces no todos podemos comulgar del Cuerpo y de la Sangre del Señor, pero sí, todos podemos alimentarnos de la Palabra de Dios. Por eso, qué importante es disponernos para llegar a tiempo la misa, y para estar tranquilos para escuchar esa palabra que se va a proclamar, qué importante es que en nuestras comunidades los lectores se preparen, se dispongan de la mejor manera a realizar ese ministerio, ese servicio, de proclamar la Palabra de Dios que pueda llegar entonces a nuestros oídos y llegar a lo profundo de nuestros corazones.
Hemos de dar importancia a la Palabra de Dios y, así como se proclama en la iglesia de manera solemne, esa palabra que también tenemos en nuestra casa en el libro de la Sagrada Escritura -en la Biblia- o por lo menos en esa parte de la Biblia que es el Nuevo Testamento. Tú y yo también tenemos que dedicar tiempo para leerla, para meditarla, para escucharla.
Esta Palabra de Dios es alimento, como hemos visto, y nos regala esperanza. Por eso el lema de este domingo de la Palabra de Dios es: “Espero en tu Palabra” (Sal 119,74), tomado del libro de los salmos. Cuántas veces hemos cantado: “Espero confiado en el Señor, cierto estoy de su palabra”. Que la palabra de Dios, entonces, escuchaba, rezada, meditada y leída con fe, nos regale esperanza.
En este tiempo del jubileo, cuyo lema, precisamente, es “Peregrinos de la esperanza”, tendríamos que preguntarnos, dónde puedo encontrar esperanza. Y la respuesta es: en la Palabra de Dios. Recuerden aquello que dice también la Sagrada Escritura, en el libro de las lamentaciones:  Quiero acordarme de algo que me de esperanza, de algo que me renueve y -dice el escritor sagrado- “yo sé que el amor de Dios cada mañana se renueva”. Por eso es que en la Palabra de Dios encontremos orientación y guía para nuestra vida, alimento para nuestro espíritu, para que sea aquella que va sembrando esperanza y, por lo tanto, nos ayuda a mantenernos firmes en medio de los avatares de la vida que a veces son complicados. Pues sí he puesto mi confianza en el Señor, entonces, a quién voy a temer.
La Sagrada Escritura es como una gran carta de amor, donde se expresan todos los sentimientos de Dios hacia nosotros, donde está todo lo que Él tiene que decirnos y esa palabra es como luz en nuestro camino: “Lámpara es tu palabra para mis pasos y luz en mi camino”. Qué hermoso sería que en familia, en muchas ocasiones, alguno de los miembros de la familia abriera la Sagrada Escritura y la leyera un texto, y que lo podamos compartir para que esté presente en el altar de nuestros hogares. Leerla una y otra vez, eso es lo que como creyentes debiéramos hacer con la Palabra del Señor.
 
JNJ
En esta semana hemos estamos viviendo la Jornada Nacional de la Juventud y son numerosos los jóvenes de distintas diócesis del país, también de nuestra Diócesis de Rancagua, que están estado reunidos en la ciudad de la Serena, en un momento grande de oración, de compartir la Palabra, y de espíritu misionero.
Qué a los jóvenes llegue la Palabra de Dios y ellos puedan vivir eso que dice el salmo 118: ¿Cómo podrá el joven llevar una vida limpia? ¡Viviendo de acuerdo con tu palabra, Señor!, 
qué los jóvenes sean aquellos que te busquen, los que guarden tus palabras en sus corazones y que así se puedan alegrar vivir según tus mandatos.
 
Hermanos y hermanas, para los jóvenes y para todos nosotros, pidamos al Señor que gustemos más de su palabra. “Lámpara es su palabra para nuestros pasos, luz en el camino de nuestra vida”; y que como la Virgen Santa lo que escuchamos y lo que leemos en la Palabra de Dios, sepamos guardarlo en el corazón.
 
¡Que el señor les bendiga a todos!
 
+Guillermo Vera Soto
Obispo de Rancagua