Queridos hermanos y hermanas, en la Iglesia siempre hacemos oración pidiendo al Señor que regale pastores a su pueblo. Necesitamos que el Pueblo de Dios tenga pastores y ministros, que lo pueda acompañar en la vida de fe.
Como Iglesia, que caminamos en esta Diócesis de la Santa Cruz de Rancagua que está celebrando su centenario, cómo no dar gracias y alabar al Señor, porque tenemos un grupo de jóvenes nuestros que han respondido a la llamada, y que se preparan en el Seminario de San Bernardo para poder ser sacerdotes en medio nuestro.
Tenemos cuatro jóvenes que ya tienen un tiempo de formación y, este año, hay otros dos jóvenes han sido aceptados también para iniciar su preparación. Junto a ellos, que ya de alguna manera están en este camino, me alegra como obispo saber que hay otro grupo de jóvenes en proceso de discernimiento.
Les invito entonces, a que, en este año del centenario de nuestra diócesis, intensifiquemos nuestra oración por las vocaciones al sacerdocio, a la vida religiosa, a la vida también más activa de cristianos comprometidos en su iglesia. E invitarles a que ustedes, familias cristianas, promuevan dentro de ustedes mismos las vocaciones; recen por las vocaciones y si alguno de los suyos siente ese llamado, que se sienta apoyado por ustedes.
Ustedes, hermanos y hermanas valoran y agradecen la presencia de sus sacerdotes, a muchos de ellos los conocen, los quieren mucho, y saben entonces lo importante que es para la vida de la fe contar con pastores. Recemos para que el Señor nos regale esos pastores que tienen que surgir de entre ustedes mismos, en nuestra familia, en nuestras comunidades parroquiales, que esa sea una gran intención de oración en este año del centenario de nuestra diócesis, en este año santo, en este año de Jubileo.
Que Dios les bendiga
+Guillermo Vera Soto
Obispo de Rancagua