Palabras del Pastor

El mensaje de paz y de esperanza del nuevo Papa

Monseñor Guillermo Vera Soto, obispo de Rancagua, pidió que el pueblo fiel rece por el Papa León XIV.

Muy queridos hermanos y hermanas:

Hemos vivido días intensos y  no es necesario ser católico para emocionarse con ellos. Es que  hemos vivido la muerte del Papa Francisco y visto a gran cantidad de gente queriendo rendirle su homenaje. Ahí estaban los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas; hombres y mujeres venidos de todo el mundo, de todas las edades, adultos,  jóvenes, reunidos en la plaza San Pedro para despedir al Papa Francisco. Ahí estaban los grandes y los sencillos de este mundo, aquellos tan queridos por el Papa diciéndole: gracias por tu servicio, gracias porque durante estos 12 años en que estuviste a la cabeza de la Iglesia, fuiste como una luz, como un faro de esperanza. Fuiste una palabra certera, una palabra luminosa para nuestro tiempo.

Y a los pocos días esa plaza de San Pedro se vuelve a llenar, con la alegría de un pueblo que sabe que tiene un nuevo pastor, el Papa León XIV, a quien vimos salir emocionado, sin duda, sintiendo y experimentando en su vida el amor del Señor que lo ha llamado que lo ha elegido para una tarea tan grande e importante.

Lo hemos visto contento, lo hemos sentido emocionado, lo hemos arropado con nuestro cariño y con nuestra oración, y sin duda que, para él, eso es tremendamente importante.

Luego, el Papa León XIV nos habló, y sus primeras palabras fueron las mismas palabras de Jesús: la paz, esté con ustedes, y cada uno de nosotros, tú y yo, el universo entero necesita escuchar ese mensaje. Un mensaje de paz y de esperanza. Aparece el Papa León XIV y nos invita a creer en ese amor de Dios que nos abraza a todos, y nos invita a tener la esperanza en que el mal no va a prevalecer, y ayer lo decía con fuerza y esa es nuestra confianza.
Lo que a nosotros nos corresponde, entonces, es sentirnos hijos amados de Dios, miembros de la Iglesia, y  con el Papa, llamados a evangelizar  en el lugar donde cada uno está, donde nos toca vivir, donde nos toca trabajar. Ahí debemos estar esforzarnos en vivir nuestra fe, esforzarnos en anunciar a Jesucristo para que en el mundo haya más esperanza, que nuestras palabras acompañadas de nuestras obras puedan ayudar a que en nuestro mundo haya un poco más de confianza en un mañana mejor y en sabernos que siempre estamos acompañados por la gracia y por el auxilio del Señor.

Alegrémonos de ser iglesia, alegrémonos de ser Pueblo de Dios, este pueblo formado por gentes de toda la tierra, este pueblo al cual todos están invitados a entrar y ahí está nuestra tarea, nuestra misión, que nosotros los cristianos católicos hagamos atractiva nuestra Iglesia.

Hagamos en cada una de nuestras comunidades, aquello que ya nos decía el papa Francisco y que nos insiste también el Papa León XIV, ser esa Iglesia que acoge, que hace sentir a todos hijos e hijas amados de Dios, esa Iglesia en la cual cada uno sienta y experimente el amor de Dios y la confianza de Dios en nosotros. El Señor nos ha escogido también, como ha elegido al Papa,  también nos elige y nos llama y nos invita a nosotros a ser constructores de su Reino.

Hoy,  entonces, teniendo un nuevo Papa, agradecemos al Señor que prontamente haya sido elegido, y  también que haya salido como Papa, no aquel que los medios iban vaticinando y se hacían como apuestas de quién iba a ser, sino aquel que tú querías Señor…ese que tú habías pensado desde siempre, y que los cardenales iluminados por la fuerza del espíritu fueron capaces de regalarnos para que fuera nuestro Pastor.

Entonces nos sentimos miembros de este Pueblo que es la iglesia, que no camina con criterios  meramente humanos, sino que se deja guiar por el espíritu del Señor y este pastor nos ha sido regalado ahora, en las vísperas de este domingo, cuarto domingo de Pascua, que para la Iglesia es el domingo del Buen Pastor. Cristo se nos muestra y nos dirá yo soy el Buen Pastor y conozco a mis ovejas y doy mi vida por ellas. Pues bien, eso que Cristo Jesús ya ha realizado le corresponderá vivir también al Papa León XIV en medio nuestro.

Que él como pastor universal conozca a sus ovejas y como pastor universal, viajará y nos irá hablando al corazón como Pastor universal. Estará ahí también rezando cada día por nosotros y cargándonos sobre sus hombros y participará de nuestras alegrías y también de nuestras penas. Como Pastor nos tendrá que mostrar el camino, tendrá que ir adelante abriendo caminos nuevos junto a nosotros, animándonos en este caminar en el seguimiento del Señor, y tras nosotros también, cuidando de aquellos que a veces van quedando en el camino para animarlos en el seguimiento del Señor.

Tenemos muchos motivos para estar contentos, le damos gracias a Dios por el don de la vida, gracias por el don de la fe, por pertenecer a la Iglesia, por sabernos miembros de ésta que hoy tiene a este pastor, el Papa León XIV, que como creyente le queramos mucho y que a diario oremos por él.

Grande es la carga que ha recibido. El Papa no ha recibido solo un cargo o un título, Él ha recibido una carga enorme sobre sus hombros, pero no la lleva solo,  el espíritu del Señor, la gracia de Dios,  le asiste y la oración de todos los hijos de la Iglesia. Sí, somos hijos y hermanos del Papa León XIV y junto con él tenemos que seguir construyendo la iglesia.

En este domingo del Buen Pastor damos gracias por el nuevo Papa que tenemos, rezamos por él hoy y cada día, y por supuesto, recemos para que el Señor conceda a su iglesia muchos buenos pastores en la vida de sus obispos en la vida de sus sacerdotes, de aquellos que les van acompañando  en la vivencia de la fe. ¡Alegrémonos por ser cristianos, alegrémonos por pertenecer a la iglesia!

Que Dios les bendiga.

 

+Guillermo Vera Soto

Obispo de Rancagua