Palabras del Pastor

Pentecostés y la invitación a dar a conocer el Evangelio en todas las realidades

Monseñor Guillermo Vera, nos recuerda en su mensaje que la fuerza del Evangelio no ha podido ser detenida y que “lo que comenzó sencillamente en Galilea, hoy se proclama con fuerza por todo el mundo, más aún podemos decir que ese mensaje ha cambiado el mundo”.

Hermanos y hermanas:

 

En este domingo los fieles cristianos celebramos la llamada fiesta de Pentecostés. Han transcurrido ya cincuenta días desde la resurrección del Señor, y se cumple la promesa de Jesucristo: que los apóstoles recibirán la fuerza de lo alto. Efectivamente, esa mañana de domingo en Jerusalén, mientras los apóstoles están en oración reciben en sus almas una fuerza que les impulsará salir a anunciar lo que han visto y oído, y en sus mentes una claridad que les permite entender y recordar lo que Jesús les enseñó. Comienza aquella mañana la vida de la Iglesia que durante dos mil años ha querido ser fiel al mensaje recibido.

 

La Iglesia, comenzando por los apóstoles, ha realizado la misión del llevar el Evangelio a todas partes no sin contratiempos ni dificultades: Persecuciones del exterior, infidelidades y desgarros desde el interior, sin embargo, la fuerza del Evangelio no ha podido ser detenida y así, lo que comenzó sencillamente en Galilea, hoy se proclama con fuerza por todo el mundo, más aún podemos decir que ese mensaje ha cambiado el mundo. En efecto, si nosotros pensáramos nuestro mundo sin la presencia de la Iglesia, sin la predicación del Evangelio, este mundo nuestro quedaría bastante empobrecido. La predicación del Evangelio ha logrado un aprecio por la dignidad del ser humano. Las obras educativas y asistenciales han surgido en el seno de la Iglesia y como fruto de una fidelidad a la Palabra escuchada.

 

Hoy, nos corresponde a los creyentes continuar siendo fieles y tratar de aterrizar el mensaje en el cual creemos, al hoy de nuestras vidas, a las necesidades del hombre y la mujer actual. El Espíritu Santo que ha sido derramado sobre la Iglesia sigue mostrándonos dónde cada cristiano debe iluminar, sin temor, con su vida y enseñanza. En un mundo donde hemos avanzado en el respeto de los derechos humanos, el Espíritu Santo nos impulsa a la defensa de la vida y de todas las vidas, del que está por nacer como del anciano y del enfermo que sufre, por esto nos ha de doler que hoy se quiera debatir sobre si el aborto y la eutanasia han de ser como la gran prioridad para nuestra sociedad, sobre el querer acepar el don de la vida y el saber entregar ternura y contención al que sufre y está debilitado por los años y que tanto entregó con su vida . En un mundo donde se ha logrado tanto desarrollo el Espíritu nos invita a tener cuidado, no sea que el desarrollo nos destruya, cuidar la creación es la misión hoy. En un mundo que con gran esfuerzo se han conquistado libertades, el Espíritu nos anima a no caer en nuevas esclavitudes ni fanatismos. En un mundo donde el ser humano ha logrado tantos avances, el Espíritu nos recuerda que Dios existe y la plenitud del hombre está en no olvidarse su ser creatura y así valorar más lo que ha obtenido y la confianza de Dios en él. En este mundo nuestro tan rico, pero con tantas pobrezas a la vez, el Espíritu nos mueve a la solidaridad, a no pasar de largo y saber ayudar.

 

Sí, el Espíritu Santo de Dios que tantas cosas bellas ha inspirado a lo largo de la historia, sigue hoy actuando e inspirando. Lo importante es que nosotros en medio de tantas bullas sepamos escuchar y actuar. Que esta fiesta de Pentecostés nos recuerde estas verdades, nos anime a realizar estas tareas y nos confirme en una fe que se ha de demostrar con obras.

Qué Dios los bendiga,

 

+Guillermo Vera Soto

Obispo de Rancagua