“Ésta es la culminación de un proceso largo”, señaló el padre Juan Carlos Farías, párroco de la parroquia Sagrado Corazón de Isla de Yáquil, que fue dedicado este 29 de marzo por el obispo Fernando Ramos Pérez, administrador apostólico de Rancagua.
Fueron nueve años de golpear puertas, pues con el terremoto de 2010 no sólo quedó con daños estructurales el templo, sino también las salas parroquiales, la casa y las bodegas de vino (que se produce en la parroquia). Esto provocó que hubiese que demoler todo, lo cual generó mucha tristeza e impacto en la comunidad.
De ahí se siguió un largo camino de trabajo conjunto entre la comunidad y las autoridades políticas, de la mano con la Fundación La Santa Cruz del Obispado de Rancagua, hasta lograr el financiamiento para las obras y la reconstrucción del templo.
A la ceremonia de dedicación y bendición asistieron las más altas autoridades de la región, encabezadas por el intendente regional, Juan Masferrer; el gobernador de Cardenal Caro, Yamil Eltit; el alcalde de Santa Cruz, William Arévalo; el diputado Juan Barros; además de representantes de las fuerzas armadas y de orden, y de otras entidades regionales y comunales.
En la oportunidad, la alegría de los fieles quedó de manifiesta. “Está precioso”, indicó Miguel Araya, uno de los asistentes, e invitó a todos a conocerlo.
Por su parte, el presidente del comité de reconstrucción, Juan Valdés señaló que están felices al recibir esta obra. Quiso agradecer a Dios, al cura párroco y a muchas otras personas a por su trabajo y esfuerzo. Destacó que éste es un legado que se deja a las futuras generaciones.
Obras
Luego de la destrucción del templo, una luz de esperanza se vio el 2014, pues luego de cuatro años de espera y múltiples trámites, los habitantes de Isla de Yáquil recibieron la noticia de que el Consejo Regional aprobó, el 3 de febrero, el financiamiento de la reconstrucción del templo Sagrado Corazón por un total de $ 1.058.399.000. Luego este monto subió a $ 1.278.984.000. Destacándose el valor patrimonial de él.
Los fondos los aportó el Estado, pero la Unidad Ejecutora a cargo de las obras fue la Municipalidad de Santa Cruz. Ésta llamó a licitación y las obras concluyeron en mayo de 2018 con su recepción municipal definitiva.
La Municipalidad aún tiene pendiente licitar la ejecución del mobiliario para el templo, las oficinas y las salas pastorales. Por esto, la ceremonia de dedicación se realizó utilizando las antiguas bancas rescatadas luego del terremoto.
Satisfacción por el trabajo realizado
El padre Juan Carlos Farías señala que el Estado financió la reconstrucción de las salas y el templo parroquial, pero tanto la casa como las bodegas de la viña la solventaron con recursos propios y donaciones, lo cual fue una ardua tarea.
Es por ello que indica que esta dedicación del templo lo llena de satisfacción. Más aún cuando ya se ha informado públicamente que él dejará de ser párroco de Isla de Yáquil para sumir en Pelequén, llegando a esta parroquia el padre Jorge Rojas.
Describe que lo embarga una “alegría y satisfacción enorme, que es casi desbordante, pues independiente del ministro que llegue, ésta es una solución para una comunidad que ha sufrido mucho”, expresa, y enfatiza que “ahora puedo marchar a otra comunidad contento”.
