Con alegría participó la comunidad de la parroquia San Nicolás de Tolentino de La Estrella en la eucaristía de instalación de su nuevo párroco Jorge Flores Serrano este 30 de marzo, la que fue presidida por el administrador Apostólico de Rancagua, monseñor Fernando Ramos Pérez. Es que este tiempo ha sido de despedidas y recibimientos en distintas parroquias de la Diócesis de Rancagua, pues a inicio de año se anunciaron 12 cambios de destino pastoral de sacerdotes diocesanos, los que se han ido concretando paulatinamente.
Cabe señalar que el padre Jorge Flores había dejado la parroquia de Santa Clara de Rancagua, la que ha sido asumida por el padre Patricio Cavour, como administrador parroquial. Esta última es una comunidad con grandes desafíos, pues aún no cuenta con un templo parroquial y, además, ha habido un gran desarrollo inmobiliario en el sector poniente de Rancagua, donde se encuentra, por lo que el número de habitantes de ese lugar es cada día mayor y con más requerimientos pastorales.
En el sector nororiente de la capital regional, en tanto, el 16 de marzo asumió como párroco en la Parroquia Santísima Trinidad el Padre Carlos Cepeda, quien era vicario parroquial; en tanto que quien era párroco de esa comunidad, el padre Luis Escobar, se quedó en San Juan Evangelista de San Vicente de Tagua Tagua, donde estaba cumpliendo labores como administrador parroquial desde mayo de 2018.
En la Parroquia Nuestra Señora de la Merced de Codegua despidieron con mucho cariño a quien fue su párroco durante casi 10 años, y que anteriormente había sido diácono y administrador parroquial, el padre Mario Mella. Una misa, en la que no faltó el baile nacional y los reconocimientos marcaron su salida. Él asumirá antes de Semana Santa su labor en la Parroquia San Agustín de Rancagua.
A la parroquia de Codegua ya llegó -el 31 de marzo- el padre Héctor Durán, quien fue amablemente acogido por la feligresía, que tiene grandes esperanzas en su nuevo ministro. Este cambio movilizó también a la comunidad de Lo Miranda, pues el padre Héctor era párroco de la Parroquia de Asunción de María de ese sector. Su misión estuvo profundamente marcada por su labor con la pastoral juvenil, participando grupos jóvenes de esa comunidad en las últimas JMJ. En esta parroquia fue instalado como párroco el padre Jose Miguel Ortiz, en una eucaristía presidida por el obispo Fernando Ramos. El padre Pepe, como es conocido, dejó el Santuario de Santa Rosa de Lima de Pelequén, caracterizada por la masiva fiesta religiosa que se realiza para venerar a esta santa el 30 de agosto de cada año.
Al santuario de Pelequén llegó para asumir esta tarea el padre Juan Carlos Farías, quien fue instalado durante una eucaristía este 7 de abril.
Cabe señalar que este presbiterio fue despedido en una misa por las comunidades de Palmilla y Yáquil, pues él era párroco de la Parroquia Sagrado Corazón de Isla de Yáquil –que recientemente recibió su nuevo templo- y de la P. Sagrada Familia de Palmilla. El padre Jorge Iván Rojas es quien asumió como párroco en ambas parroquias.
El padre Iván Mancilla Bustos recibió la parroquia Nuestra Señora Del Rosario de Litueche, donde era párroco el padre Jorge Rojas, de manos del Vicario General Rancagua, padre Gabriel Becerra.
Para todos ellos el mensaje de la comunidad ha sido claro: gracias por la labor cumplida y que Dios los bendiga en sus nuevas responsabilidades.