Para los cristianos que viven en estados islámicos y en naciones de mayoría musulmana el costo de perseverar en su fe es alto. La discriminación y la persecución, muchas veces violenta, son parte de su diario vivir.
La libertad religiosa en las naciones de mayoría islámica varía de un país a otro. Va desde la prohibición de mostrar símbolos religiosos en los edificios o en el cuerpo a los obstáculos para profesar y difundir la propia fe, hasta llegar a la prohibición de celebrar Misa ni siquiera en privado. Las diferencias dependen en gran medida del contexto político, cultural y nacional del país. En algunas naciones el islam ha sido declarado religión del Estado y otras han optado por un cierto laicismo. A su vez, las corrientes más radicales han presionado para que quien abandone el islam sea castigado con severidad.
Irak es un ejemplo de país donde ser cristiano es cada vez más difícil. Los continuos ataques contra cristianos han producido oleadas de emigración. Hasta 650.000 refugiados cristianos iraquíes viven en el extranjero. De acuerdo a los obispos de Irak, la población cristiana ha disminuido de 900.000 a menos de 200.000 en los últimos diez años. Entre 2003 y 2010 más de 2.000 cristianos han muerto por la violencia, principalmente a causa de su fe. 1 obispo y 6 sacerdotes han sido asesinados desde 2002 y se han atacado más de 30 iglesias.
Este domingo 20 de noviembre recemos por nuestros hermanos en la fe que viven atemorizados por el fundamentalismo islámico, para que sean consolados y permanezcan firmes en su fe. Más información sobre el Domingo de Oración por la Iglesia Perseguida en www.aischile.cl