La Iglesia Catedral de Rancagua, ubicada en pleno casco histórico de la ciudad, acogió el domingo 26 de mayo la celebración de la Santa Misa según la forma extraordinaria del rito romano.
La celebración fue oficiada por el sacerdote Carlos Cepeda, sacerdote de la Diócesis de Rancagua y actual párroco de la Parroquia Santísima Trinidad; y participaron sirviendo en el altar los seminaristas Francisco Méndez, de la Diócesis de Rancagua, y Milton Fuentes, de la Diócesis de Santiago. Ambos están cursando su primer año de formación camino al sacerdocio.
Con profunda alegría alrededor de 130 fieles concurrieron a la Santa Misa cantada, cifra que fue aumentando debido a las personas que pasaban por la Catedral y permanecieron hasta la procesión de salida al llamarles la atención la solemnidad de la ceremonia y la belleza del canto litúrgico acompañado por el órgano.
El sermón que predicó el padre Carlos, con ánimo catequético, instruyó a los asistentes acerca de los cuatro fines de la Santa Misa, destacando su aspecto sacrificial.
También realizó consideraciones sobre la reverencia debida al Santísimo Sacramento especialmente en el modo de recibir la comunión, y sobre la conveniencia de que el sacerdote esté, no dando la espalda a los fieles, sino que orientado junto con ellos hacia el altar del Sacrificio para favorecer la centralidad del culto de adoración a Dios.
Esperamos que este sea el inicio de la celebración regular de la Santa Misa según el usus antiquior, para mayor gloria de Dios y santificación de los fieles.