Monseñor, ¿Cuál es el significado del período de Adviento?
Con el Adviento se inaugura un nuevo Año Litúrgico que no coincide con el año calendario, porque los cuatro domingos de Adviento que preceden Navidad, marcan el inicio del Año Litúrgico; y Adviento, que es una preparación para recordar el hecho histórico, el nacimiento de Cristo, acontecido en Belén hace poco más de dos mil años y además para reflexionar sobre la segunda venida de Cristo, que nuestra profesión de fe proclama vendrá a juzgar a vivos y muertos. Además, Adviento nos pone de cara a Cristo que viene. Hay una presencia de Cristo hoy en su palabra, en los diversos sacramentos, en la vida de la comunidad: “…donde dos o tres se reúnen en mi nombre ahí estoy yo en medio de ellos y en el rostro del hermano…”. Jesús se ha identificado con cada ser humano, especialmente con los más sufrientes, con los más pobres y hambrientos, como nos recuerda San Mateo en su Evangelio: “… tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber…” Por lo tanto, Adviento es un tiempo de alegre esperanza que nos recuerda un hecho histórico que nos proyecta en los tiempos finales de la historia y que nos compromete con el hoy y el aquí, reconociendo a Cristo en sus diversas presencias.
Monseñor, ¿cuál es el mensaje para los católicos y no católicos en este tiempo de Adviento, previo a Navidad?
Siento que el llamado es a vivir el verdadero espíritu de Navidad, que es que Dios se hizo uno de nosotros y que vino a compartir la condición humana en todo menos en el pecado y que nos enseñó a ser hermanos, ser solidarios, a estar cercanos a los que sufren,. En estas semanas previas a Navidad, la publicidad nos llena de productos para consumir y consumir. Sin duda, hay muchas cosas buenas en el consumo, pero cuando éste es exagerado, y se torna en el valor fundamental y primario fácilmente se pierde el verdadero sentido de Navidad, que es reconocer que el que vino para los creyentes es el Hijo de Dios y para los que no tienen el don de la fe, es un hombre extraordinario que, a unos y a otros, nos ha enseñado el amor, la fraternidad, el respeto por cada ser humano. El verdadero sentido de Navidad radica en ello, por eso los que tenemos el don de la fe, debemos saber rescatar y profundizar este Dios que se ha hecho carne en Jesús, nacido de María, la Virgen. En ese espíritu, quiero augurar a todos un Feliz Adviento y una Feliz Navidad.