El soplo del Espíritu en los movimientos eclesiales

Lunes 02 de Diciembre del 2024
El padre Luis Piña, párroco del Santuario San Judas Tadeo de Malloa, lidera un proceso de revitalización de los movimientos eclesiales tras el impacto de la pandemia, apostando por la unidad y el compromiso diocesano.

 

En un mundo cambiante y lleno de desafíos, los movimientos eclesiales han demostrado ser una respuesta vibrante y dinámica a las necesidades espirituales y comunitarias de los fieles. En la diócesis de Rancagua, bajo la dirección del padre Luis Piña, se está llevando a cabo un profundo trabajo de renovación y articulación de estas organizaciones, con miras a un encuentro diocesano que marcará un hito en la pastoral local en 2025.

Un diagnóstico postpandemia

Al asumir como asesor de los movimientos eclesiales, el padre Piña se encontró con un panorama complejo. El catastro disponible, elaborado antes de la pandemia, no reflejaba la realidad actual. “Hubo una baja cuantitativa significativa. La pandemia afectó la conexión entre los movimientos, especialmente porque no forman parte del núcleo parroquial, sino que son interdiocesanos”, explica.

Sin embargo, este contexto también permitió identificar a los movimientos que han logrado mantenerse activos: Schoenstatt, los Carismáticos, los Nazarenos, Cursillos de Cristiandad, y otros más pequeños, como las Madres Apostólicas y el reciente Movimiento Conquistadores del Mundo, llegado desde México. En total, ocho movimientos están en pleno funcionamiento, mientras otros permanecen en vías de reactivación.

Una visión de unidad

Con este diagnóstico en mano, el equipo liderado por el padre Piña inició un proceso de discernimiento y planificación. En mayo de 2023, se convocó el primer encuentro postpandemia, donde cada movimiento presentó sus objetivos y carismas. “Nos dimos cuenta de que todos surgieron en momentos de crisis eclesial como respuesta del laicado. Esto nos llevó a buscar criterios comunes para integrar sus misiones en la pastoral diocesana”, comenta el sacerdote.

El resultado de este esfuerzo fue un objetivo general para los próximos tres años: “Confirmar nuestro compromiso con Cristo y con la Iglesia en todas sus manifestaciones desde un carácter diocesano”. Este objetivo, construido colectivamente, reconoce la identidad y autonomía de cada movimiento, mientras los invita a una mayor integración y colaboración.

Caminos de integración

El camino recorrido los ha llevado a planificar un gran encuentro diocesano de movimientos en 2025, que se espera que sea un  proceso marcado por el diálogo, la escucha y la participación. “No se trata de trabajar solo para un evento. Queremos que ese encuentro sea la manifestación de un año de trabajo conjunto”, enfatiza el padre Piña.

La estrategia incluye una “cascada de comunicación” que busca involucrar a todas las áreas pastorales y niveles de la diócesis. Desde el obispo y el Consejo de Decanos hasta las parroquias más pequeñas, cada instancia será parte del proceso. Además, se fomenta la colaboración entre movimientos y otras pastorales, como la juvenil, la vocacional y la familiar.

Por ejemplo, los carismáticos apoyarán la formación de matrimonios, mientras los Conquistadores del Mundo ofrecerán retiros para jóvenes. Este enfoque integrador busca maximizar el impacto de los movimientos en la vida diocesana, revitalizando su rol como agentes de evangelización y servicio.

Un llamado al compromiso

El desafío de los movimientos eclesiales en Rancagua es también un llamado al compromiso con la Iglesia universal. “No se trata solo del obispo o el párroco de turno. Es un compromiso con Cristo y su Iglesia en toda su plenitud y diversidad”, subraya el padre Piña.

Este esfuerzo no solo busca fortalecer la diócesis, sino también ofrecer un testimonio vivo de comunión y sinodalidad, en línea con el llamado del Papa Francisco a construir una Iglesia más inclusiva y participativa.

Así, los movimientos eclesiales de Rancagua se preparan para un nuevo capítulo en su historia, donde la unidad y el trabajo conjunto serán las piedras angulares de su misión. Bajo la guía del padre Piña, la diócesis avanza con esperanza hacia un 2025 marcado por el encuentro, la renovación y el compromiso.

 

 

¿Cuáles son los movimientos que están más activos en la Diócesis? 

Renovación Carismática Católica 

Encuentro Conyugal

Movimiento Apostólico de Schoenstatt 

Encuentro de Niños en el Espíritu (ENE)

Asociación de Madres Apostólicas

Obra Kölping Chile 

Movimiento conquistando para Cristo  

Familia de Nazareth