Una muestra de fe, amor y solidaridad

Viernes 12 de Marzo del 2021
En este tiempo en que se desarrolla la Cuaresma de Fraternidad, el administrador apostólico de Rancagua, monseñor Juan Ignacio González, anima a los clérigos a realizar una campaña lo más participativa posible, utilizando las redes sociales, y todo esto sin perder la profundidad y belleza de un tiempo litúrgico privilegiado.

Como un año “extraordinariamente complejo en muchos aspectos y también en lo referente a la dimensión pastoral: las dificultades en la participación presencial en la Eucaristía, la disminución de las personas que han recibido los sacramentos en general, las dificultades en nuestras catequesis, etc.”, calificó el 2020 monseñor Juan Ignacio González, administrador apostólico de Rancagua, en el mensaje que ha enviado al clero con motivo de la Campaña de Cuaresma de Fraternidad.

Y si bien reconoce que este año 2021 seguirá siendo difícil, pese a que ya comenzó la vacunación contra el Covid que permitiría retomar la normalidad, sigue instando a los clérigos a que no detengan su trabajo ni las distintas iniciativas de la Iglesia.

Recuerda además que el miércoles 17 de febrero se inició el tiempo litúrgico de Cuaresma, período en el cual se desarrolla paralelamente la Campaña de Cuaresma de Fraternidad. Ésta contempla diferentes destinatarios prioritarios, siendo las personas migrantes en las que concentrado la preocupación estos últimos años, según las decisiones que han tomado los Obispos de la Conferencia Episcopal.

Monseñor González señala en la misiva que el año pasado, por la pandemia, pocas parroquias pudieron realizar la campaña, bajando fuertemente el aporte de los fieles a ella. “Queremos prepararnos para revertir esas cifras, mediante nuevas ideas y métodos, que permitan a muchas personas ayudar en dicha Campaña y llegar a los más necesitados, que cada día serán más numerosos”, anima el prelado.

Por ello, informa que este año se retomará la realización de esta campaña “con mucha fuerza y una gran confianza en el Señor, entendiendo que habrá importantes dificultades que resolver, pero que no deberían, en ningún caso, impedir su realización”, señala, argumentando tal como lo hizo San Juan Pablo II que “los pobres no pueden esperar”.

Finalmente, monseñor Juan Ignacio González invita a efectuar una campaña lo más participativa posible, a utilizar las redes sociales como los nuevos medios de evangelización, no perdiendo en ningún momento la profundidad y belleza de un tiempo litúrgico privilegiado.

 

Distribución de lo recaudado

 

El obispo recordó que de los montos recaudados: el 30% queda en la parroquia para fortalecer la acción caritativa parroquial, un 40% se remite a la Conferencia Episcopal (Caritas nacional) y un 30% queda en la diócesis.

Enfatiza que es importante que este dinero no sea utilizado en otras necesidades parroquiales, aunque éstas sean muy urgentes, para respetar el deseo de los donantes y ser fieles a la voluntad a Dios expresada en los objetivos de la campaña, que son los migrantes y más desposeídos.

Cajita “hecha en casa”

Si bien, Caritas diocesana repartió en las parroquias las cajitas- alcancías para que los fieles puedan ir a retirarlas y así ir depositando el dinero fruto de sus privaciones en ella, también hay personas que han confeccionado su propia cajita “hecha en casa”. Una idea  puede ser reciclar una cajita vacía de té, un frasco de café o mermelada, dándoles un nuevo uso como alcancía.

Lo importante es ponerlo en un lugar visible de la casa para que todos los miembros puedan hacer sus aportes y al finalizar la cuaresma entregar lo ahorrado en la parroquia más cercana.