Parroquia San Francisco Javier de Peralillo: Vivir la fe construyendo comunidad

Viernes 31 de Enero del 2025
• Bajo el cuidado del padre René Gaete Valenzuela, la parroquia San Francisco Javier de Peralillo fortalece su vida pastoral con una comunidad participativa y un enfoque renovado en el centenario de la diócesis de Rancagua.
La parroquia de San Francisco Javier, ubicada en el corazón de la diócesis, es un ejemplo de cómo la fe se vive y se comparte activamente en comunidad. El padre René Rodrigo de Jesús Gaete Valenzuela, párroco de esta iglesia y encargado de la pastoral vocacional, describe la vida eclesial como “fortalecida por la fe de la gente”, destacando la pureza y profundidad con la que los fieles viven su espiritualidad.
La parroquia cuenta con 18 capillas activas, donde no solo se celebra la misa mensual como eje central, sino que también son espacios de encuentro para rezar el Rosario, realizar novenas y acompañar a las familias en momentos difíciles, como la enfermedad o el fallecimiento de un ser querido. “Las capillas son más que templos; son centros sociales donde la comunidad se fortalece mutuamente”, subraya el padre René.
Uno de los aspectos más significativos de la parroquia es su lema: “Parroquia, casa de todos”, que refleja un esfuerzo constante por integrar a los fieles y hacerlos protagonistas de la vida eclesial. Según el padre René, “la participación crece en la medida en que se ofrecen espacios para que la gente se sienta parte de la Iglesia”.
Preparativos para el centenario
Este año, enmarcado en el centenario de la diócesis de Rancagua, la parroquia ha centrado sus esfuerzos en el año jubilar, promoviendo peregrinaciones y un llamado a la conversión. Inspirados por su patrono, San Francisco Javier, un misionero ejemplar en el seguimiento de Cristo, la comunidad se anima a vivir su fe con pasión renovada. “El centenario es un momento de gracia que nos invita a reflexionar y fortalecer nuestra misión evangelizadora. Queremos que este año sea un tiempo de misericordia y participación”, enfatiza el sacerdote.
Grupos pastorales en crecimiento
La parroquia ha experimentado un renacimiento en sus actividades postpandemia, con el fortalecimiento de los grupos existentes y la creación de nuevas pastorales. Un ejemplo destacado es el método de evangelización Alfa, que ha atraído a jóvenes y adultos, fomentando el liderazgo y el compromiso con la parroquia. Además, se mantiene activa la pastoral de enfermos, que acompaña a quienes más lo necesitan, así como los grupos de catecúmenos y madrugadores. No obstante, el padre René reconoce que todavía existen desafíos, como reforzar las pastorales de matrimonio y niños.
Desafíos y visión pastoral
El sacerdote destaca que la misión de la parroquia es ser siempre una casa abierta y acogedora, donde todos encuentren un lugar en el amor de Cristo. “No podemos contentarnos con lo que ya hemos logrado; debemos buscar que el Evangelio llegue a cada rincón, ser más misericordiosos y estar con los brazos abiertos para todos”, concluye.
Con una comunidad viva y comprometida, la parroquia de San Francisco Javier continúa siendo un faro de fe en la región, demostrando que la evangelización comienza en el corazón de quienes la conforman.
Fotos:
- Padre René Gaete, párroco de Peralillo.
- Las tradiciones se mezclan con la fe en Peralillo, prueba de ello es este grupo de cuasimodistas. 
- Una comunidad participativa y de mucha fe es la de Peralillo.
 
 
 
Datos de la Parroquia San Francisco Javier de Peralillo 
 
- La información más antigua sobre Peralillo se remonta a las primeras mercedes de tierras entregadas en Colchagua en el siglo XVI. La villa creció con la llegada del ferrocarril en 1893, en el tramo entre Palmilla y Alcones.
- En 1902 el propietario de la hacienda Peralillo, don Javier Errázuriz Echaurren, legó terrenos para la municipalidad, la estación de ferrocarriles, la iglesia y la plaza (siendo Presidente de la República su primo, don Germán Riesco Errázuriz).
- Fue erigida por el Arzobispo don Juan Ignacio González Eyzaguirre, el 2 de julio de 1917, desmembrándola de las parroquias de Santa Cruz y Alcones.
- Su primer párroco fue don Tomás Fiuza Varas (1918 – 1919).
- El templo, que fue erigido durante la administración del Pbro. Germán Bravo Almeida, entre 1923 y 1928, resultó con graves daños por el terremoto de 2010, por lo que fue demolido y posteriormente se reconstruyó.