El querido presbítero Cidinio Jara partió el 27 de febrero a la Casa del Padre a los 94 años, dejando tras de sí un profundo legado de fe y entrega pastoral en múltiples comunidades de la diócesis de Rancagua. Con más de 70 años dedicados al sacerdocio, el padre Cidinio se destacó por su incansable servicio y compromiso cristiano.
Nacido el 11 de febrero de 1931 en Idahue, Coltauco, el presbítero Cidinio Jara desarrolló su ministerio sacerdotal en parroquias como Ciruelos, Navidad, Codegua, Chépica, Litueche, Olivar, Lo Miranda, La Estrella y Graneros. En sus últimos años, colaboró activamente en la Parroquia San Juan Bautista de Machalí, donde fue muy querido por la comunidad. A ello se suma que fue director espiritual en el Seminario Cristo Rey.
Emotiva despedida en Machalí
La misa de funeral se llevó a cabo el sábado 1 de marzo en la parroquia San Juan Bautista de Machalí, presidida por el obispo de Rancagua, Monseñor Guillermo Vera. Con emoción y recogimiento, hermanos sacerdotes, familiares, fieles y amigos se reunieron para rendir homenaje a quien fue un verdadero pastor y guía espiritual.
Tras la ceremonia, sus restos mortales fueron trasladados al cementerio número 1 de Rancagua, frente a la Parroquia El Carmen, donde se realizó un último homenaje.
El padre Cidinio Jara será recordado por su vocación, amor y devoción al servicio pastoral, dejando una huella imborrable en cada comunidad que tuvo la bendición de conocerlo.
Oremos por su eterno descanso y por las comunidades que recibieron su guía y consuelo a lo largo de su ministerio.
Herencia espiritual
Alejandro Olea, feligrés: “Fue un gran sacerdote formador de tantos catequistas...En Chépica se le recuerda con mucho aprecio ¡Que el Señor lo reciba y le otorgue el descanso eterno!
Pbro. Bernabé Silva Durán: “Me sumo a la oración y acción de gracias por el Ministerio del Padre Cidinio y sea el Señor quien conceda la gracia de la Vida Eterna.
Vivió a fondo su Ministerio en forma sencilla y austera, dando testimonio de fidelidad, de un gran sentido de Iglesia y de servicio al Pueblo de Dios en la Parroquia de Ciruelos; Navidad; Chépica; Litueche; Olivar; Lo Miranda; Graneros y fue Director Espiritual de nuestro querido Seminario de Cristo Rey entre Otros servicios.
¡Su huella es imborrable! P. Cidinio, descanse en paz.
Ana Arriagada, feligrés: “Creo que el padre Cidinio está descansando en los brazos del Señor…cuando estuvo en Lo Miranda, yo vivía cerca de la parroquia e iba a cualquier hora y el siempre me regalaba algo: huevos, lechugas, sandías, un tecito … él siempre me invitaba a su mesa en la cocina. También para mi santo, siempre me regalaba algún libro: nuevo testamento, la Biblia, aún los tengo. Recuerdo que me invitaba cuando viajaba a Idahue a ver su familia y nos íbamos y veníamos rezando el Rosario. Tengo muy lindos recuerdo del padre Cidinio. Él fue un verdadero sacerdote, un curita de mi pueblo”.