Ubicada en una de las comunas de mayor crecimiento de la Región de O'Higgins, la Parroquia Sagrada Familia de Machalí cumple 10 años de vida, ya que fue erigida el 15 de febrero de 2015. Desde su creación, ha experimentado un notable aumento en su comunidad de fieles, consolidándose como un espacio de encuentro y evangelización.
El padre Emilio Maldonado, párroco de la comunidad, destaca que la parroquia nació como una respuesta a la necesidad de descentralizar la labor pastoral en la zona. "Nos desmembramos de la parroquia San Juan Bautista de Machalí centro y, por la gracia de Dios, hemos crecido tanto en feligresía como en formación y sacramentos", comenta.
Una comunidad diversa, unida en Cristo
La parroquia Sagrada Familia agrupa sectores urbanos y rurales, como Nogales, El Polo, El Guindal, además de localidades más alejadas como Coya y Chacayes. Esta diversidad le otorga un carácter especial. "Cuando pregunté por qué le habían puesto Sagrada Familia, me dijeron: ‘para que fuéramos comunidad’. Las familias son distintas, pero siguen siendo familia, y eso es lo que pasa aquí", explica el padre Emilio.
Este crecimiento ha significado nuevos desafíos. "Nos ha tocado aumentar misas y pedir ayuda. Contamos con un diácono colaborador, pero aun así el templo parroquial nos queda pequeño. Gracias a Dios, cada vez más personas buscan a Cristo", señala el párroco.
La Adoración como centro de la vida parroquial
Uno de los pilares de la comunidad es la Adoración al Santísimo. La parroquia ha fortalecido esta práctica, permitiendo que los fieles puedan acudir a la oración en horarios establecidos. "Actualmente, tenemos tres días de adoración, con turnos organizados de miércoles a viernes. Nuestro anhelo es que, en un futuro, esta adoración sea perpetua", afirma el sacerdote.
La adoración comienza los miércoles de 06.00 a 19:00 horas, los jueves también comienza a las 06.00 horas y se pasa la noche del jueves a viernes en adoración, terminándose el viernes a las 19:00 horas de la tarde.
La centralidad de Cristo en la parroquia ha sido clave para su crecimiento espiritual. "Si la gente viene a misa, no es para entretenerse. Buscan algo más profundo, buscan a Dios. Nosotros debemos ser instrumentos para que lo encuentren", enfatiza el padre Emilio.
Mirando al futuro con fe
Más allá de la vida sacramental, la parroquia ha fortalecido su compromiso social. "Estamos dando pasos firmes en la acción social, acompañando a quienes más lo necesitan", menciona el párroco. Asimismo, el trabajo con los jóvenes se ha convertido en un área prioritaria. "Muchos han llegado desde otros países con una sólida formación en pastoral juvenil, lo que nos ha permitido crecer en esta área. Nuestro desafío es acompañar mejor a los matrimonios jóvenes y a sus hijos, ya que nuestra parroquia se caracteriza por tener muchas familias jóvenes", destaca.
A pesar del crecimiento, el padre Emilio prefiere enfocarse en lo esencial. "No tengo planes inmediatos de construir un templo más grande. Lo principal es seguir evangelizando y viviendo la fe en comunidad. Dios irá marcando el camino", concluye.
Con una comunidad en expansión y un fuerte espíritu de unidad, la Parroquia Sagrada Familia de Machalí se consolida como un referente de fe en la región, recordando a todos que, en la diversidad, Cristo es el centro.
Eucaristía por la restauración del Cristo de La Hacienda
El pasado domingo 2 de marzo, cientos de personas participaron de una eucaristía frente a la imagen del Cristo de La Hacienda, que sufrió un incendio el pasado 25 de febrero, causando serios daños a la cruz y a la imagen religiosa de Jesús crucificado.
La misa fue presidida por el Obispo de la Diócesis de Rancagua, Monseñor Guillermo Vera, y concelebrada por el padre Emilio Maldonado, párroco de la Parroquia Sagrada Familia, y el Padre Felipe Pardo, párroco de la Parroquia San Juan Bautista de Machalí.
Al finalizar la eucaristía, monseñor Guillermo Vera invitó a la comunidad a ir el Viernes Santo y estar junto al Cristo de La Hacienda, que por generaciones ha sido un lugar de peregrinación, oración y consuelo para la comunidad.
La familia Latuf, es la dueña del terreno donde se emplaza este lugar de culto hasta hoy y fueron quienes instalaron la imagen del Cristo a principios del siglo pasado. Luego fue creciendo la cantidad de fieles que va a orar a ese lugar. José Latuf, representante de la familia, indicó que ellos se van a hacer cargo de la restauración de la imagen y que solo piden a los devotos que dejen flores y hagan oración.