En este Año Jubilar, la Iglesia nos invita a renovar la esperanza y a caminar con alegría como pueblo de Dios. Y en ese camino, los catequistas han sido protagonistas silenciosos pero esenciales: mujeres y hombres que, con generosidad, dedican tiempo, energía y amor para acompañar a tantos en su proceso de encuentro con Jesús.

El 31 de mayo en la víspera de la Solemnidad de la Ascensión del Señor, celebramos el Día del Catequista, una ocasión especial para reconocer su labor evangelizadora y renovar el compromiso de formar discípulos misioneros.

Un Año de Gracia vivido con alegría

Uno de los hitos más significativos de este tiempo fue el Jubileo de los Catequistas, celebrado el pasado 3 de mayo en Santa Cruz, que reunió a más de 800 personas de distintas parroquias de la diócesis. Fue una jornada marcada por la oración, la comunión y el testimonio.

La mañana comenzó con una procesión con el Santísimo Sacramento, que recorrió las calles de la ciudad hasta la Parroquia La Santa Cruz, donde se celebró la Santa Misa presidida por Monseñor Guillermo Vera Soto, junto a numerosos sacerdotes.

“Este jubileo no es solo una actividad más —señaló el padre Cristián Catalán, vicario pastoral—, es una expresión de lo que somos como Iglesia: un pueblo que camina unido, que anuncia con alegría y se renueva en la esperanza.”

Durante la jornada, hubo espacio para la oración personal, la confesión, la reflexión comunitaria y el compartir fraterno, fortaleciendo el espíritu misionero de quienes día a día forman en la fe a niños, jóvenes y adultos.

Coordinadores: llamados a formar y acompañar

Ese mismo impulso se vivió en el Encuentro Diocesano de Coordinadores de Catequesis, realizado el sábado 24 de mayo en el Santuario de Santa Rosa de Pelequén. Cerca de 40 representantes de diversas parroquias se dieron cita para discernir juntos los desafíos actuales de la catequesis y profundizar en su sentido de misión.

La jornada fue animada por la hermana Bernardita Moreno, encargada diocesana de catequesis, y contó con la presencia del padre Cristián Catalán. Entre los temas abordados, se destacó la importancia de una pastoral cercana y evangelizadora, así como la difusión del nuevo libro de catequesis de la diócesis.

Formación continua

Ese mismo sábado, en la Parroquia San Juan Evangelista de San Vicente de Tagua Tagua, se dio inicio al curso “Catequistas al estilo de Jesús”, organizado por el Instituto de Formación Pastoral Iván Caviedes. La primera jornada reunió a 65 agentes pastorales de diversas parroquias del Decanato Santos Apóstoles.

El curso contempla siete sesiones mensuales y aborda temas clave para fortalecer el servicio catequético. El diácono Carlos Martínez, director del Instituto, valoró el carácter fraterno de la instancia:

“En estos encuentros nos enriquecemos con la experiencia de los otros, rezamos juntos, compartimos un café y vivimos la alegría de estar en comunidad.”

Quienes no pueden asistir por motivos laborales reciben el material impreso, asegurando así una formación accesible e inclusiva.

Reflexión y comunidad en el Decanato Santa Rosa

El domingo 25 de mayo, más de 100 catequistas del Decanato Santa Rosa participaron en una jornada formativa y de encuentro en la Basílica Santa Ana de Rengo. Representantes de parroquias como Olivar, Coínco, Requínoa, Rosario, Quinta de Tilcoco, entre otras, se reunieron para orar, reflexionar y compartir experiencias.

El padre Ernesto Castro, párroco de Coínco, animó la oración inicial, recordando que la catequesis es ante todo un acto de amor y cercanía. Posteriormente, el psicólogo Gabriel Sepúlveda desarrolló la temática “Comunidad y conflicto”, promoviendo el diálogo y el fortalecimiento de los vínculos entre catequistas.

“La catequesis no es solo enseñar contenidos, es transmitir vida y sembrar a Cristo en los corazones”, expresó uno de los participantes.

Recuadro

Saludo del Pastor

Queridas catequistas y queridos catequistas:

En este domingo en que la Iglesia celebra la Fiesta de la Ascensión del Señor a los cielos, quiero dirigirme a ustedes con profundo cariño y gratitud. Esta hermosa celebración es también el día de ustedes, los catequistas, a quienes el Señor ha llamado a una misión grande y hermosa: “Vayan por el mundo y prediquen el Evangelio”. Esa palabra resuena en nuestros oídos hoy, y se hace carne en cada uno de ustedes, que en sus parroquias, en sus capillas, en sus comunidades, anuncian el Evangelio con generosidad y entrega.

Grande es la misión que tú tienes, querida catequista, querido catequista. Acompañas a niños, a jóvenes, a quienes se preparan para el matrimonio, a padres y familias. Y el Señor se alegra contigo, porque ha podido contar contigo. Que Él te regale la fuerza de su Espíritu para este trabajo tan necesario en la vida de la Iglesia.

Como obispo, y junto a tus párrocos y comunidades, agradecemos de corazón lo que haces, y pedimos al Señor que puedas seguir sirviendo con renovada fuerza e ilusión. Te has preparado, continúa preparándote. Sé una mujer, sé un hombre de oración, lee la Palabra de Dios, comulga con frecuencia, para que lleno del Señor, llena de Dios, puedas anunciarlo con convicción y alegría.

Hay tanta gente que quiere saber de Jesús, y lo sabrá gracias a ti.

Gracias por lo que son, por lo que hacen. Que Dios les bendiga abundantemente.

Con afecto en Cristo,

+Guillermo Vera Soto

Obispo de Rancagua