Con Cristo como piedra angular: se bendice la primera piedra de la Granja de Misericordia en Rengo

Lunes 02 de Junio del 2025
Monseñor Guillermo Vera presidió la emotiva ceremonia que marca el inicio de un centro de rehabilitación católico único en la región de O’Higgins, basado en la Cristoterapia y centrado en la transformación espiritual de personas con adicciones.

“Jesucristo es la piedra angular; Él ha inspirado esta obra y para su gloria se quiere levantar.” Con estas palabras, el obispo de Rancagua, Monseñor Guillermo Vera Soto, dio inicio oficial al anhelado proyecto de la Granja de Misericordia, un centro de rehabilitación católico que se levantará en la comuna de Rengo, y que busca ofrecer un verdadero camino de esperanza a quienes luchan contra las adicciones al alcohol y las drogas.

La ceremonia de bendición de la primera piedra, realizada en un ambiente de oración, alegría y profunda fe, marca el comienzo de un proyecto que nace del corazón de la Iglesia diocesana y que promete ser un espacio de resurrección, sanación interior y conversión de vida.

Un centro de transformación espiritual y humana

Cuando entre en funcionamiento, la Granja de Misericordia tendrá la capacidad de acoger a 50 personas en proceso de rehabilitación, quienes vivirán un camino estructurado de tres años basado en un modelo cristiano probado: la Cristoterapia.

Inspirado en comunidades terapéuticas de fuerte raíz cristiana, este método propone un acompañamiento integral desde la fe, y se sostiene sobre tres pilares fundamentales:

  • Vida de oración: La Eucaristía diaria, la escucha de la Palabra, la adoración y la vivencia sacramental son el centro del proceso. En esta dimensión, los residentes descubren su dignidad como hijos de Dios y comienzan a sanar desde lo más profundo.
  • Trabajo comunitario: Las labores agrícolas y los oficios no solo estructuran el día, sino que devuelven el sentido del esfuerzo, la responsabilidad y la autoestima, valores muchas veces extraviados por quienes han atravesado la esclavitud de las adicciones.
  • Vida fraterna: La convivencia con otros que transitan el mismo camino permite reconstruir vínculos rotos, sanar relaciones y recuperar la capacidad de confiar. En comunidad se aprende a vivir como hermanos y a crecer en la caridad.

Este modelo ya ha sido implementado con éxito en otras realidades fuera del país, y hoy, gracias a la Fundación Granja de Misericordia, se concreta en la región de O’Higgins como una respuesta concreta de la Iglesia a las heridas del alma contemporánea.

Jesús Eucaristía, centro de la obra

Uno de los momentos más conmovedores de la jornada fue la procesión y entronización del Santísimo Sacramento en la capilla del lugar, ubicada en la casa de la familia Avilés, quienes han sido llamados a liderar este proyecto desde sus inicios. El gesto litúrgico de colocar a Jesús Sacramentado en el corazón del futuro centro expresa con fuerza que esta no es solo una obra humana, sino profundamente espiritual: Cristo será el alma y motor de la Granja de Misericordia.

Con humildad y confianza, Monseñor Vera expresó su esperanza en que este proyecto crezca bajo el amparo del Espíritu Santo: “Confiamos en que el Señor que ha comenzado esta obra la llevará a plenitud”. Las palabras del obispo reflejan el deseo de toda la comunidad eclesial: que muchos hombres puedan, al igual que el hijo pródigo del Evangelio, volver a la vida y ser reencontrados (cf. Lc 15,24).

Una Iglesia en salida, al servicio de los más frágiles

La Granja de Misericordia representa también una expresión concreta del llamado del Papa Francisco a ser una Iglesia en salida, que va al encuentro de los que sufren y que extiende la mano sin juzgar, movida por la compasión y la misericordia del Buen Samaritano.

Desde ya, la Diócesis de Rancagua invita a toda la comunidad a unirse en oración, apoyo material y acompañamiento espiritual para que esta obra pueda crecer y dar frutos abundantes. Con la mirada puesta en Cristo, piedra angular y redentor, comienza esta historia de fe, lucha y esperanza.