En los Madrugadores de Rancagua hace tiempo rondaba la idea de participar en una misa con el Papa Francisco. Para concretar esta iniciativa buscaron la forma de enviarle una carta. Para ello, explicó Octavio Galarce que “sacerdotes muy cercanos, tanto en Argentina (a través de Roberto Horat) como en Chile, nos ayudaron a hacerle llegar la carta. La idea era que el supiera de esta iniciativa; no aspirábamos a nada más”.
Pero el Papa los sorprendió. No sólo le llegó la carta, sino que además les respondió. Es así como el 29 de abril, “los Madrugadores tuvimos una enorme alegría, recibimos la respuesta, escrita de su puño y letra del Papa Francisco a nuestra carta enviada el domingo 26, contándole acerca de nuestra iniciativa de querer estar virtualmente en misa con él”.
Galarce agregó que “vemos en este gesto del Papa un signo que nos compromete a seguir perseverando en nuestra gran tarea y misión, que es lograr que muchos más hombres se pongan en la presencia del Señor a través de nuestras comunidades, que se integren o vuelvan a ser parte importante de la Iglesia, en su aporte único, original y tan necesario”.
Es así como el sábado 2 de mayo, en la Capilla de la Casa Santa Marta, en Roma, Italia, se dio inicio a la celebración eucarística a las 07.00 AM y que tenía conectados a través de distintos medios de comunicación a miles de Madrugadores de los 16 países en donde hoy existen comunidades: Portugal, España, Alemania, Estados Unidos, México, Cuba, Costa Rica, Argentina, Puerto Rico, Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador, Nicaragua, El Salvador, Chile.
Octavio Galarce relata que “la alegría fue desbordante en las redes sociales y posteriores comentarios en los distintos chat de los Madrugadores a nivel local y mundial. La vida que ha suscitado su carta en nuestras comunidades nos anima e impulsa a trabajar sin descanso, con alegría y entusiasmo, a no "balconear" la vida, sino que a servirla, a salir a la búsqueda de todos aquellos hombres de nuestras periferias que esperan ser invitados a nuestras comunidades y a las nuevas que tendremos que fundar. Salió el sembrador... a sembrar de madrugadas todos nuestros países”.