Monseñor, durante este año se constituyó el Consejo Diocesano de Laicos, ¿Cuál es el objetivo de esta organización?
Nuestro Segundo Sínodo Diocesano, al hacer el análisis de la realidad pudo constatar que los laicos, que son los bautizados que viven en el mundo de la familia, de las realidades temporales como la educación, la política, la empresa, la fábrica, etc, no estaban organizados. En la diócesis están organizados los presbíteros, las religiosas, los religiosos, los diáconos, pero faltaba este mundo tan importante, tan mayoritario, tan de la realidad temporal. Por eso que el Sínodo planteó la necesidad de formar el Consejo Diocesano de Laicos, y a la luz de esa propuesta sinodal, ya desde el año pasado comenzó a gestarse esta organización. Se invitó a un grupo de 15 laicos, aproximadamente, que participaron en las asambleas sinodales. Con ellos y el apoyo del obispo y otros sacerdotes, se ha estado preparando este trabajo que tiene como objetivo darle una organización y una orgánica a todos los cristianos católicos de la diócesis, que denominamos laicos, es decir, hombres y mujeres que están en el corazón del mundo, en las realidades del mundo, para que ellos cumplan su doble misión: que es colaborar con los pastores en las laborales de la Iglesia y sobre todo trabajar para que las realidades de la historia puedan construirse de acuerdo a los principios del Evangelio.
Monseñor ¿Cómo participa el laico de la parroquia en este Consejo?
Fundamentalmente lo que quiere hacer el Consejo Diocesano, que encabeza Mauricio Guzmán, es realizar una gran asamblea para el 28 de septiembre de este año. Será la primera asamblea diocesana de laicos y ya está siendo preparada desde ahora. A través de los decanos se espera convocar a laicos de las parroquias respectivas de cada decanato para que hagan un trabajo previo y a esta primera asamblea llegue una cantidad aproximada de 200 personas. Es allí donde se va a forjar la organización laical de la diócesis para los años que vienen. Por eso es que el equipo diocesano también hará visitas a los decanatos y a las parroquias para motivar la participación en la preparación y, luego, en la realización de esta asamblea, que va a marcar un hito en la vida de los laicos de la diócesis, porque desde allí se espera que salga un programa pastoral para ayudar a los laicos en su doble misión en la iglesia y el mundo y, que desde ahí, se programen acciones concretas para ambas vocaciones de los laicos.