Cerca de ciento cincuenta internos e internas, agentes pastorales y funcionarios celebraron el rito de la imposición de las cenizas en la cárcel de Rancagua, el sábado 25 de marzo, con lo cual se dio inicio al tiempo de Cuaresma.
La Eucaristía fue presidida por el capellán del establecimiento penitenciario, padre Luis Escobar, quien –en su homilía– indicó que este tiempo de Cuaresma es un tiempo de compartir, lo cual significa que, dentro de la realidad carcelaria y sus carencias, parte por atender las necesidades de el que lo está pasando mal, especialmente, quien no tiene visitas ni medios para tener útiles de aseo. Además, afirmó que uno de los ejes principales de este tiempo es profundizar en la oración: “Recen más. El Rosario puede reemplazar cualquier conversación sin sentido; leer un salmo o simplemente dar gracias a Dios, porque cuando una persona ora empieza a cambiar, mientras que el que no lo hace, se seca”.
“Reconciliándonos con quienes estamos enojados y perdonemos a quien nos inspira odio, porque un cristiano se distingue porque ora por sus enemigos y ama a su prójimo”, señaló el pastor.
El encuentro se realizó en el gimnasio de la unidad penal en el cual se pudo apreciar una gran devoción por parte de los internos e internas, quienes corearon los cantos que interpretó el coro de la Parroquia de la Santísima Trinidad.
La Pastoral Penitenciaria ya tiene planificada la celebración del Vía Crucis para el Viernes Santo y un retiro espiritual para el Sábado Santo, que, al igual que el año 2011, pretende congregar a todos los católicos privados de libertad y llevar la acción evangelizadora de la Iglesia.