Actualidad Diocesana

Novena en honor a la Virgen del Carmen

Sábado 04 de Julio del 2020
Pidamos la ayuda de nuestra Madre en estos momentos de aflicción para Chile.
 
NOVENA EN HONOR A LA VIRGEN DEL CARMEN
MADRE Y REINA DE CHILE
 
 
 
ESTRUCTURA
PARA CADA DIA, QUE SE PUEDE ADECUAR SEGÚN LAS CIRCUNSTANCIAS.
 
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I. Oración Inicial
II. Texto bíblico
III. Meditación
IV. Oración simple para ser liberados de la epidemia
V. Santo Rosario
VI. Salve
VII. Letanías
VIII. Oración final
 
 
 
 
 
 
 
 
NOVENA EN HONOR A 
LA VIRGEN DEL CARMEN
 
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ORACION INICIAL
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¡Oh Virgen Santísima del Carmen, llenos de la más tierna confianza, como hijos que acuden al Corazón de su Madre, nosotros venimos a implorar una vez más los tesoros de misericordia, que, con tanta solicitud, nos has siempre dispensado!
Reconocemos humildemente que uno de los mayores beneficios que Dios ha concedido a nuestra Patria ha sido señalarte a Ti por nuestra especial Abogada y Protectora. Por eso, a Ti clamamos en todos nuestros peligros y necesidades, seguros de ser benignamente escuchados. Tú eres la Madre de la Divina Gracia, conserva pura nuestras almas, eres la Torre poderosa de David, defiende el honor y la libertad de nuestra Nación; eres el Refugio de los pecadores, troncha las cadenas de los esclavos del error y del vicio; eres el Consuelo de los afligidos, socorre a las viudas, a los huérfanos y a los desvalidos; eres el Auxilio de los Cristianos, conserva nuestra fe, y protege a nuestra Iglesia, en especial, a sus obispos, sacerdotes y religiosos. 
Desde el trono de tu gloria, atiende a nuestras súplicas, ¡Oh Madre del Carmelo! Abre tu manto, y cubre con él a esta República de Chile, de cuya bandera tú eres la estrella luminosa. Te pedimos acierto para los magistrados, legisladores y jueces; paz y piedad, para los matrimonios y familias; santo temor de Dios, para los maestros; inocencia, para los niños; y para la juventud, una cristiana educación. Aparta de nuestras ciudades los terremotos, incendios y epidemias, aleja de nuestros mares las tormentas y da la abundancia a nuestros campos y montañas. Sé tú el escudo de nuestros guerreros, el faro de nuestros marinos y el amparo de los ausentes y viajeros. Sé el remedio de los enfermos, la fortaleza de las almas atribuladas, la protectora especial de los moribundos y la redentora de las almas del Purgatorio.
¡Oyenos, pues, Madre Clementísima!, y haz que, viviendo unidos en la vida por la confesión de una misma fe y por la práctica de un mismo amor al corazón Divino de Jesús, podamos ser trasladados de esta patria terrenal a la Patria Inmortal del Cielo, en que te alabaremos y bendeciremos por los siglos de los siglos. Amén.
 
DIA PRIMERO 
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I Reyes 18,42-45
Ajab subió a comer y a beber, mientras Elías subía a la cumbre del Carmelo. Allí se postró en tierra, con el rostro entre las rodillas. Y dijo a su servidor: «Sube y mira hacia el mar». El subió, miró y dijo: «No hay nada». Elías añadió: «Vuelve a hacerlo siete veces».
La séptima vez, el servidor dijo: «Se eleva del mar una nube, pequeña como la palma de una mano». Elías dijo: «Ve a decir a Ajab: Engancha el carro y baja, para que la lluvia no te lo impida». El cielo se oscureció cada vez más por las nubes y el viento, y empezó a llover copiosamente. Ajab subió a su carro y partió para Izreel. La mano del Señor se posó sobre Elías; él se ató el cinturón y corrió delante de Ajab hasta la entrada de Izreel.
 
 
LA PREDESTINACION DE MARIA
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Previendo Dios desde la eternidad la deplorable ruina de los hijos de Adán, decreto la Encarnación de su Divino Hijo para que fuese Redentor del género humano. Para realizar este misterio de amor, escogió de entre todas las mujeres, a María con el fin de hacerla digna Madre del futuro Verbo humanado, determinó enriquecerla de una manera extraordinaria, y preservarla del pecado original, colmarla de gracias celestiales y santidad, y concederle el único privilegio de unir en su persona la Maternidad divina con la Virginidad.
Con razón aplica la Iglesia a María las palabras del libro de la sabiduría: “El Señor me poseyó desde el principio de sus caminos”, porque ella fue eternamente predestinada para la mayor dignidad y santidad que puede otorgarse a una criatura humana. Esta predestinación eterna de María ha de ser causa de nuestra alegría. Pues así como María ha sido predestinada eternamente a tan grandes privilegios, así nosotros, cristianos y católicos, hemos sido predestinados desde la eternidad por los amorosos designios de Dios para nacer bajo la luz de la verdadera fe y pertenecer a la Iglesia de Cristo que nos enseña toda la verdad y nos muestra a María como refugio de pecadores y puerta del cielo.
 
 
DIA SEGUNDO 
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Is 7, 14-17
 
Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel. El se alimentará de leche cuajada y miel, cuando ya sepa desechar lo malo y elegir lo bueno. Porque antes de que el niño sepa desechar lo malo y elegir lo bueno, quedará abandonada la tierra de esos dos reyes, ante los cuales estás aterrorizado. El Señor hará venir sobre ti, sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, días como no lo hubo iguales desde que Efraím se separó de Judá».
 
 
 
 
 
LA MATERNIDAD DIVINA DE MARÍA
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Toda la grandeza de María y la fuente de todas sus prerrogativas está en su maternidad divina. No podemos darle título más alto que el de: Mater Dei-Madre de Dios. La dignidad de María como Madre de Dios, es tan excelsa y sublime que ninguna inteligencia, ni humana ni angélica, puede comprenderla perfectamente. Es, en cierto modo, una dignidad infinita, así como infinita es la grandeza de Dios. Pues si en este mundo es tanto mayor la dignidad de una madre, cuanto mas noble y distinguido es su hijo ¿Cuánta ha de ser entonces la dignidad de María, cuyo hijo es el Verbo encarnado, el mismo hijo de Dios a quien los cielos y la tierra adoran, y de quien dice Dios Padre: “Este es mi hijo amado en quien tengo toda mi complacencia”? De María Virgen, tomo carne humana la segunda persona de la Santísima Trinidad, para hacerse redentor nuestro, así como de la nubecilla del Monte Carmelo se desprendió la lluvia, para caer como bendición sobre la tierra. Con razón saludamos a María diariamente: “bendita eres entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús”.
 
 
 
DIA TERCERO 
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Lucas 1, 26-38
 
En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Angel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin». María dijo al Angel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?». El Angel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios». María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho». Y el Ángel se alejó.
 
 
MARÍA MADRE NUESTRA
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¡Cuán triste es la situación de un niño, a quien la muerte ha arrebatado su querida Madre! En su orfandad sentirá el frío de su hogar y extrañará dolorosamente el cálido amor de la Madre. Tal era también el estado del género humano antes que se realizara el misterio de la Encarnación. A los hombres les faltaba una madre verdadera. Pero llegó el día de la Encarnación: Bajó desde el cielo el Hijo de Dios y junto con llamar a Dios con el dulce nombre “Padre Nuestro” recibieron los hombres una madre amorosa en la persona de la madre de Jesús. Al pie de la cruz estábamos todos representados en persona del Apóstol San Juan. Allí fue donde Jesucristo nos hizo solemne donación de su Madre. Pues señalando a Juan, dijo Jesús moribundo: “He aquí a tu Madre”. Desde aquel momento feliz María es nuestra Madre y podemos decir con el mismo derecho que San Estanislao: Mater Dei est Mater mea – la Madre de Dios es Mí Madre.
 
DIA CUARTO 
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Hechos 1,14; 2,1-4
 
Todos ellos, íntimamente unidos, se dedicaban a la oración, en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.
 
Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse.
 
LA FE DE MARÍA
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La fe es una virtud sobrenatural por la cual creemos firmemente todas las verdades que Dios nos ha revelado y que la Iglesia nos Enseña. María demostró la verdad de la fe en grado eminentísimo. Veamos algunos actos de su fe: ella recibe la embajada del Ángel Gabriel que le anuncia a nombre de Dios que es la escogida, para concebir y dar a luz al hijo del Altísimo, conservando al mismo tiempo su virginidad. Es algo incomprensible para la razón humana, pero María, sin dudar un instante del poder de Dios cree y responde: “Hágase en mí según tu palabra”. Lo ve desterrado a Egipto, oculto en Nazaret, calumniado en su vida pública, burlado, azotado, escupido, condenado a Muerte y crucificado en su dolorosa Pasión, lo ve abandonado de Dios en la cruz y, sin embargo, nunca tiene la menor duda, no pierde ni una de sus palabras, las guarda en su corazón: quiere compartir con él hasta su muerte.
 
 
DIA QUINTO 
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Mateo 6, 5-8
 
Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.
 
 
MARÍA MODELO DE ORACIÓN
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Una de las practicas que con mayor frecuencia se nos recomienda en la Sagrada Escritura es la necesidad de la oración. Jesucristo mismo, no contento con inculcarnos por palabra el ejercicio continuo de la oración, quiso enseñárnoslo con su ejemplo, retirándose frecuentemente a orar y pasando las noches en oración. María que aprendió tan de cerca las enseñanzas de Jesús, no podía menos de ser también modelo perfecto de oración. Ella vivía en la soledad de su casa en Nazaret, para dedicarse con todo fervor y recogimiento a la oración, su oración fue perfecta, pues libre, por su Concepción Inmaculada, de la concupiscencia y el desorden de la Imaginación no sufría el estorbo de los afectos desordenados, ni de las distracciones que nos quitan tantas veces la atención en el trato con la Divina Majestad. Ella oraba en su infancia, pasando varios años en el retiro del templo; oraba durante su vida de doncella en Nazaret; oraba, esperando a su Divino Hijo, oraba en Egipto, oraba durante toda la vida oculta de Jesús, oraba en los días de la pasión, oraba con los discípulos, esperando la venida del Espíritu Santo y la oración había de ser el único consuelo hasta volver a unirse con Jesús en su Gloriosa Asunción.
 
 
DIA SEXTO 
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Proverbios 3, 5-8
 
Confía en el Señor y de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia; reconócelo a él en todos sus caminos y él allanará tus senderos. No seas sabio a tus propios ojos, teme al Señor y apártate del mal: eso será un remedio para tu carne y savia para tus huesos.
 
 
LA CONFIANZA DE MARIA EN LA DIVINA PROVIDENCIA
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María cuya alma estaba estrechamente unida a Dios por medio de la fe y de la oración, mostraba un completo abandono en la Divina Providencia. Este abandono y esta confianza se manifiestan mejor en los días de la tribulación. Tales días no faltaban en la vida de la Santísima Virgen que es la Reina de los Mártires; pero precisamente en las horas de angustia brillaba con mayor esplendor su mayor confianza. Recordemos su huida a Egipto, sin inquietarse ni murmurar interiormente contra los designios de Dios, emprende viaje tan difícil y penoso, a un país lejano y desconocido, sin provisiones, sin preparativos, si dinero, sin más compañía que la del divino Hijo y su Virginal Esposo San José
 
 
DIA SEPTIMO 
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I Timoteo 2, 1-8
 
Ante todo, te recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los soberanos y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y de tranquilidad, y llevar una vida piadosa y digna. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, porque él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo, hombre él también, que se entregó a sí mismo para rescatar a todos. Este es el testimonio que él dio a su debido tiempo, y del cual fui constituido heraldo y Apóstol para enseñar a los paganos la verdadera fe. Digo la verdad, y no miento. Por lo tanto, quiero que los hombres oren constantemente, levantando las manos al cielo con recta intención, sin arrebatos ni discusiones.
 
 
 
 
 
 
 
LA DEVOCION A MARÍA COMO SEÑAL DE PREDESTINACIÓN
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Es la doctrina unánime de todos los grandes Padres de la Iglesia que la devoción a María es una señal segura de predestinación al cielo; no como si pudiésemos salvarnos por los méritos de María, sino porque Jesucristo la constituyó distribuidora de los méritos infinitos de su Pasión: Jesucristo distribuye sus gracias divinas por las manos de su Madre María. Por eso dice San Anselmo, que es imposible que se condene, quien vive bajo el manto protector de María. San Efrén llama a María “el salvoconducto para no ser desterrado al infierno”; San Atanasio “Camino de nuestra salvación”. La razón de esta garantía que nos da la devoción a María es fácil de comprender pues María consigue a los justos que la invocan constantemente, la gracia de la perseverancia en el bien; a los pecadores que imploran su intercesión, la gracia de la conversión. El Escapulario de la Virgen del Carmen es una señal de predestinación a la gloria, no porque tenga en sí una fuerza misteriosa o mágica, sino porque aquellos que lo llevan con piedad, profesando filial amor y fiel devoción a María, consiguen infaliblemente por su intercesión la gracia de perseverar en el bien o de convertirse del pecado y salvar sus almas.
 
 
DIA OCTAVO 
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2 Corintios 11,2
 
Los felicito porque siempre se acuerdan de mí y guardan las tradiciones tal como yo se las he transmitido.
 
 
LA PUREZA DE MARÍA
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La pureza de María es la más excelsa y perfecta. Pura fue María por su Concepción Inmaculada: el demonio no tuvo ni un momento dominio sobre ella. Desde el primer instante de su existencia, se reflejo la santidad de Dios en su alma. Pura fue María por su intacta Virginidad. Pura fue tambien en su alma y su corazón del pecado más leve y de todo afecto desordenado. Por eso se  llama a María “huerto cerrado”, en frase de la Sagrada Escritura, cuya entrada estuvo siempre cerrada a la antigua serpiente, “lirio entre espinas”, “hermosa como la luna”, “escogida como el sol”. 
Si queremos ser agradables a los ojos de María, debemos apreciar y conservar la virtud de la pureza. “Bienaventurados los puros de corazón, dice Jesús, porque ellos verán a Dios”. Nosotros como sujetos a la concupiscencia de la carne, no podemos adquirir o conservar la virtud de la pureza sin lucha. Pero en esta lucha tenemos poderosas armas en la devoción a María y en el clamor a Jesús Sacramentado. Si nos alejáramos de María y Jesús sufriríamos muchas derrotas en el combate. Seamos constantes en nuestra devoción a María y acerquémonos diariamente a Jesús en el Tabernáculo. De esta manera tendremos la fuerza necesaria para disipar los malos pensamientos, vencer los afectos desordenados y guardar la castidad de nuestro estado. Y la Virgen del Carmen fiel a su promesa, nos aliviará y libertará de las penas del purgatorio.
 
 
DIA NOVENO 
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Judit 15, 8-10
 
El sumo sacerdote Joaquín y los ancianos del pueblo de Israel que habitaban en Jerusalén vinieron para contemplar los beneficios con que Dios había colmado a Israel, y también para ver a Judit y saludarla. Al verla, todos a unas, la elogiaron y le dijeron: «¡Tú eres la gloria de Jerusalén, tú el gran orgullo de Israel, tú el insigne honor de nuestra raza! Al realizar todo esto con tu propia mano, has hecho un gran bien a Israel, y Dios ha aprobado tu obra. Que el Señor todopoderoso te bendiga para siempre». Y todo el pueblo dijo: «¡Amén!»
 
 
MARIA Y LA NACIÓN CHILENA
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Como nos refiere la Historia, el gran héroe de las Vegas de Saldías y de Yungay, Don Manuel Bulnes, atribuía, sus victorias a la Virgen del Carmen, diciendo: “No fui yo quien ganó esas batallas, sino mi Señora del Carmen”. Así, mucho tiempo antes, los héroes San Martín y Bernardo O’Higgins habían experimentado también en el campo de batalla la ayuda eficaz de la Virgen y por eso la proclamaban Patrona del Ejército chileno. Si antaño la Virgen del Carmen ha protegido los ejércitos chilenos en los campos de batalla, hoy día necesitamos con mayor razón su protección y ayuda en las batallas espirituales. Resulta evidente que hay en nuestro país personas y grupos que pretenden desterrar el espíritu religioso – especialmente mariano - de nuestra nación, de nuestras legislaciones, de nuestras familias y de nuestras Escuelas. 
Nosotros, como católicos y devotos de la Virgen del Carmen tenemos un grave deber de conciencia, de elevar nuestras más fervientes plegarias al trono de la Virgen del Carmen, para que proteja nuestra Patria la preserve del desastre moral y religioso. ¡católicos chilenos, por el amor de Dios y de la Virgen del Carmen, acuérdense de sus deberes Patrióticos y rueguen por la Salvación de nuestra querida Patria Chilena!
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ORACIÓN SIMPLE PARA SER LIBERADOS DE LA EPIDEMIA
 
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LETANIAS LAURETANAS
 
(se han agregado las nuevas invocaciones a la Virgen, dispuestas por el Papa Francisco)
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Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos. 
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial, 
Ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo, 
Dios, Espíritu Santo, 
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Santa María, 
Ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo, 
Madre de la Iglesia, 
Madre de la Misericordia
Madre de la divina gracia, 
Madre de la Esperanza
Madre purísima, 
Madre castísima, 
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada, 
Madre amable, 
Madre admirable, 
Madre del buen consejo, 
Madre del Creador, 
Madre del Salvador, 
Madre de misericordia, 
Virgen prudentísima, 
Virgen digna de veneración, 
Virgen digna de alabanza, 
Virgen poderosa, 
Virgen clemente, 
Virgen fiel, 
 
Espejo de justicia, 
Trono de la sabiduría, 
Causa de nuestra alegría, 
Vaso espiritual, 
Vaso digno de honor, 
Vaso de insigne devoción, 
Rosa mística, 
Torre de David, 
Torre de marfil, 
Casa de oro, 
Arca de la Alianza, 
Puerta del cielo, 
Estrella de la mañana, 
Salud de los enfermos, 
Refugio de los pecadores, 
Alivio de los Migrantes,
Consoladora de los afligidos, 
Auxilio de los cristianos, 
Reina de los Ángeles, 
Reina de los Patriarcas, 
Reina de los Profetas, 
Reina de los Apóstoles, 
Reina de los Mártires, 
Reina de los Confesores, 
Reina de las Vírgenes, 
Reina de todos los Santos, 
Reina concebida sin pecado original, 
Reina asunta a los Cielos, 
Reina del Santísimo Rosario, 
Reina de la familia, 
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo 
Perdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
Escúchanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo
Ten misericordia de nosotros.
 
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo
 
ORACIÓN 
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Te rogamos nos concedas, 
Señor Dios nuestro, 
gozar de continua salud de alma y cuerpo, 
y por la gloriosa intercesión 
de la bienaventurada siempre Virgen María, 
vernos libres de las tristezas de la vida presente 
y disfrutar de las alegrías eternas. 
Por Cristo nuestro Señor. 
Amén.
 
ORACIÓN FINAL
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Virgen del Carmen María Santísima,
Dios te escogió como Madre de su Hijo,
Del Señor Jesús que nos trae el amor y la paz.
 
Madre de Chile,
A ti honraron los padres de la Patria,
Y los más valientes de la historia;
Desde los comienzos nos diste bendición.
 
Hoy te confiamos lo que somos y tenemos:
Nuestros hogares, escuelas y oficinas;
Nuestra fábricas, estadios y rutas;
El campo, las pampas, las minas y el mar.
 
Protégenos de terremotos y gracias
Sálvanos de la discordia;
Asiste a nuestros gobernantes;
y a los que defienden nuestra Patria;
Enséñanos a conquistar el verdadero progreso, 
que es construir una gran nación de hermanos
donde cada uno tenga pan, respeto y alegría.
 
Virgen del Carmen, Estrella de Chile,
En la bandera presides nuestros días
Y en las noches tormentosas
Sabiamente nos alumbras el camino.
 
Madre de la Iglesia,
Tú recibes y nos entregas a Cristo;
Contigo nos ofrecemos a Él,
Para que sobre Chile extienda
Los brazos salvadores de su cruz,
Y la esperanza de su resurrección. Amén.