A los 96 años de edad y con más de 75 años como religiosa, la hermana Raquel Rifo Caro, de las Hermanas Terceras Franciscanas de la Inmaculada Concepción, ha partido a la Casa del Padre, el miércoles 12 de agosto, en Santiago.
La comunidad de vida del eremitorio Santa María de los Ángeles en las cercanías de Puente Negro; y quienes la conocieron, agradecen su dedicación y entrega.
En la entrevista realizada por Alonso Lizama Poblete y publicada en Revista Rumbos, en mayo de 2019, con motivo de la celebración de sus bodas de diamante, la hermana señaló “Amé mi vida religiosa y la sigo amando”.
Ella fue un ejemplo para generaciones de mujeres que han entregado su vida a Dios y al servicio de la Iglesia.
En la oportunidad, Lizama la describió: “De lento caminar, hablar pausado y una sonrisa fácil, la hermana Raquel transita por los pasillos del eremitorio ubicado en la comunidad de Isla de Briones, en la precordillera del territorio parroquial de la Santa Cruz de Tinguiririca. Una casa que prácticamente se ha convertido en su hogar hace más de 15 años cuando llegó aquejada por enfermedad, que, sin embargo, no ha impedido a esta religiosa seguir alabando a Dios y la creación desde la oración y el trabajo en fraternidad, con las hermanas Andrea Valdés y Elena Ulloa”.
La hermana Raquel, recuerda como si fuera ayer cuando a sus 14 años de edad y tras haberse criado en el internado del colegio Santa Ana de Angol, pidió ser admitida en las “monjas franciscanas”, como dice ella.
En la entrevista señaló: “Si tuviera que recomendar a una joven esta vida, le diría ¡Adelante! He alentado, y sigo alentado a las jóvenes a tomar este camino. Amé mi vida religiosa y la sigo amando, después de 75 años”, concluía la hermana.