Monseñor, ¿cuál es el llamado de la Iglesia a las autoridades que asumirán el próximo año, tras las elecciones de hoy?
En primer lugar tengo la esperanza que el día de hoy la gran mayoría de los chilenos en edad de sufragar cumplan con este deber cívico, porque la democracia se consolida con la mayor participación de todos los ciudadanos. Ojalá al final del día podamos escuchar que un altísimo porcentaje de chilenos cumplió con este deber cívico aunque sea voluntario.
Dicho esto, los creyentes tenemos que orar por quienes han sido elegidas autoridades en el poder ejecutivo, legislativo y en los consejos regionales, porque para gobernar a un pueblo se requiere sabiduría. Ya en el Antiguo Testamento, cuando Salomón es constituido rey de Israel, Dios le dice que pida lo que él quiera; y él lo único que pide es: ‘Dame sabiduría para gobernar a este pueblo, para saber elegir siempre el bien y la preocupación por los demás’. Por lo tanto, como creyentes oramos por las autoridades electas para que dediquen su vida realmente al servicio del bien común y tengan una especial preocupación por los las necesidades de los más pobres. Que todas esas promesas que se hicieron realizaron en las campañas previas a la votación, si no se pueden concretar todas, pero que hagan el esfuerzo por realizar aquellas acciones que permitan mejor calidad de vida, salud, educación y vivienda.
Monseñor, ¿cuál debería ser la actitud de las nuevas autoridades frente a la participación ciudadanía?
Todos los que han sido elegidos esperamos que tengan la capacidad de generar un país con mayor participación. Hoy, el mundo, y en el caso de nuestro país, a través de todas las informaciones existentes y, especialmente, en las redes sociales muestran un pueblo mucho más consciente de sus derechos y ojalá también de sus deberes, por lo tanto, el talento de quienes gobiernan es tener la capacidad es escuchar a la gente, de organizarla para que realmente las medidas de gobierno respondan de la mejor manera posible a las grandes inquietudes de la gente. Según algunas encuestas hay temas prioritarios: salario digno, temas de vivienda conveniente, educación de calidad y para todos, salud accesible especialmente para las grandes enfermedades, también la liberación de tantos problemas de delincuencia, de la droga, de alcoholismo. En todas las encuestas son los grandes temas de interés de la gente, entonces quienes han sido elegidos deben trabajar especialmente por estos temas. También hay otros que son de grupos minoritarios que merecen atención, pero creo que lo principal es dar respuestas a los más globales que la opinión pública está interesado en resolver. Ese es el don y el talento que deben tener quienes han sido elegidos, y dedicarse en cuerpo y alma para servir y revalorizar la política como una actividad noble