Monseñor, este domingo culmina el Año de la Fe convocado por el Papa Benedicto XVI y se celebra el día de la Oración por la Iglesia Perseguida. ¿Cómo vivimos los católicos este la fe con una Iglesia que en el mundo es perseguida?
El Año de la Fe ha significado para toda la Iglesia una profundización en este don maravilloso que es creer en Dios, en ese Dios que nos mostró especialmente a Jesucristo, quien fue el Enviado del Padre. El conocimiento y el amor de Jesucristo nos lleva a todos a procurar vivir como Él nos enseñó: en el amor a Dios y a los hermanos. Nosotros, gracias a Dios, en nuestro país no tenemos ningún tipo de persecución religiosa, en cambio, en otros países de la tierra hay fuertes persecuciones religiosas. Se calcula que más de 200 millones de cristianos son perseguidos u hostigados por su fe y que una de cada dos personas vive en un país donde no se respeta la libertad religiosa. En más de 40 países del mundo la libertad religiosa es limitada o no existe. Hoy más que nunca en toda la historia del cristianismo, hay mártires de la fe, es decir, personas que son eliminadas físicamente por odio a la fe y a Jesucristo. Parece absurdo que en un mundo donde se habla tanto de la libertad, haya miles y miles de seres humanos que simplemente por creer en Jesucristo sean eliminados. Es por eso que la Iglesia en Chile dedica este último domingo del Año Litúrgico, la Fiesta de Cristo Rey, para recordar a tantas hermanas y hermanos nuestros que sufren heroicamente por su fe y que estamos llamados a acompañar con nuestra plegaria y también con nuestra ofrenda, para colaborar en las situaciones que ellos están viviendo.
Monseñor, en relación a la culminación del Año de la Fe, ¿Cómo será ésta en nuestra diócesis?
En principio habíamos pensando en un acto de carácter diocesano, pero en el contexto de las campañas y elecciones políticas pensamos que era conveniente dejarlo para otra oportunidad. Por eso cada decanato ha tomado decisiones para culminar el Año de la Fe de distintas maneras.
En el caso de Cardenal Caro, en Alcones-Marchigue, donde voy a estar presente, se realizará la culminación con presencia de todas las parroquias; en otros decanatos, también van a culminar con actos de tipo decanal; y en otros, será en las propias parroquias. Además, el Papa Francisco va a culminar el Año de la Fe con una misa en el Vaticano y una serie de actos; y va a entregar una Exhortación Apostólica que se va a titular “Evangelium Gaudium”, es decir, el Gozo del Evangelio. Después de haber vivido este Año de la Fe, el Papa nos entrega este documento que de a poco iremos conociendo, pero que el título ya nos indica que el gozo de creer en Cristo, de tener el Evangelio es el gran desafío que tenemos para vivirlo y para comunicarlo; para ser una Iglesia profundamente misionera y llevar el Evangelio y la alegría del Jesús a las periferias de nuestro mundo como a él gusta hablar. Para todos los hermanos creyentes celebremos con gozo esta clausura y con la gracia de Dios procuremos vivir el Evangelio y anunciarlo a quienes menos lo conocen.