Palabras del Pastor

Obispo de Rancagua llama a vivir el Tiempo de Adviento

- Monseñor Alejandro Goic Karmelic, señaló que este es un tiempo de gran espiritualidad, de preparación interior para acoger a Cristo

Monseñor, ¿Qué significa para los católicos el Tiempo de Adviento?

Con el Tiempo de Adviento se inicia lo que se llama un nuevo Año Litúrgico, es decir, un año donde a través de los diferentes domingos vamos proclamando los misterios de la presencia de Cristo en la historia humana. Adviento es un tiempo de preparación, son cuatro domingos antes de Navidad para prepararnos interiormente para acoger al Cristo que históricamente vino hace más de dos mil años a Belén; al Cristo que viene hoy en la presencia de los Sacramentos, de la palabra de Dios, del encuentro con la comunidad creyentes; y del Cristo que vendrá al fin de los tiempos a culminar el proceso de la Redención. Adviento es un tiempo de gran espiritualidad, porque nos coloca al interior de nuestro corazón para acoger a ese Cristo que es para nosotros Señor, Salvador, Mesías que vino a redimir a la humanidad. Es un tiempo de mucho gozo con esta presencia de Cristo en la historia humana.

 

Monseñor, ¿A qué nos llama la Iglesia en este período?

Fundamentalmente nos llama a una preparación interior y, al mismo tiempo, a reconocer a Cristo en historia, cuando Cristo estuvo en la tierra nos hizo comprender que El estaba en cada ser humano, especialmente, entre los que más sufren. En esta fiesta de fin de año, como es la Navidad y el inicio de un Nuevo Año, tenemos que tener una mirada mucho más profunda y de cercanía a los rostros más sufrientes, como lo dice Jesús: “a los que tienen hambre, a los que tienen sed, a los que les falta el vestuario, a los que están presos, a los que están en los hospitales”, es decir, Jesús a través de esas expresiones de necesidades humanas nos quiere hacer comprender, que en el hermano y, especialmente, en el que sufre está presente Él, y lo que le hacemos a esos hermanos se lo hacemos a Él mismo, por eso que Adviento es una renovación profunda del amor a Dios, pero también de amor a los hermanos, que es una expresión concreta de nuestra manifestación de fe y amor a Dios.

 

Monseñor, ¿Cómo deberían vivir las familias católicas este Tiempo de Adviento en un periodo donde el consumismo navideño está presente?

Sin duda que no es fácil, por la sociedad de consumo que nos domina, pero creo que a través de signos muy pequeños puede ayudar a comprender a sus hijos, que el gran regalo que todos recibimos en Navidad es Jesús mismo, que nació en Belén y que se hizo hombre, que  murió y resucitó para salvarnos y eso se puede hacer a través de pequeñas expresiones en la preparación del pesebre, en alguna imagen del niño Jesús para hacer comprender a los niños el sentido auténtico y profundo de esta fecha de Navidad. Dios que se hizo uno de nosotros, Dios que compartió con nosotros toda la condición humana, menos el pecado; Dios que en Jesús nos enseñó a amarnos y a hacer un mundo más solidario, más fraterno.