Antes del 25 de diciembre, fiesta de Navidad, vivimos un tiempo de preparación espiritual que abarca cuatro domingos. A este tiempo se le llama Adviento, que quiere decir “venida”.
“El adviento es un tiempo extraordinario de gracia y bondad de Dios hacia nosotros mismos, porque nos da la licencia para ponernos un instante en el centro. La vida cristiana es un continuo vaciamiento de sí hacia los demás, pero en el adviento el profeta Isaías nos dice que es el tiempo para hacer de uno mismo una prioridad; “enderecen los caminos, rellenen las quebradas” (Isaías 40,3-4). Es el tiempo para atendernos a nosotros y reparar la geografía de nuestro corazón a veces torcido, a veces agrietado por los golpes de la vida, las faltas de amor o los agravios recibidos. Es el tiempo en que el profeta nos dice ese corazón, tu corazón es la prioridad, allí por donde el Señor quiere caminar y hacer su Belén”, señala el padre Juvenal Galaz, encargado diocesano de liturgia.
¿Qué es el adviento?
El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico, empieza el domingo 29 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Son los cuatro domingos anteriores a la Navidad y forma una unidad con la Navidad y la Epifanía.
El término "Adviento" viene del latín adventus, que significa venida, llegada. El color usado en la liturgia de la Iglesia durante este tiempo es el morado. Con el Adviento comienza un nuevo año litúrgico en la Iglesia.