El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile ha entregado su tradicional mensaje de Cuaresma que está marcado por la situación de pandemia que vive el país. En él invitan a todos a renovar su fe y esperanza.
Junto con lamentar el grave daño a la salud y la muerte de numerosas personas a causa del COVID-19, recuerdan sus graves consecuencias sociales. Ante ello agradecen a Dios por “las innumerables expresiones de fraterna solidaridad, caridad y cercanía de parientes, vecinos y amigos, como también de compromiso profesional de quienes trabajan sirviendo a los enfermos en hospitales y centros de salud” y a sacerdotes, diáconos, religiosas, religiosos y laicos “que han procurado acompañar con los sacramentos, la oración y el consuelo en este tiempo de incertidumbre”.
Dan cuenta además de las tristes situaciones de violencia que ha vivido el país “que se expresa en la terrible pérdida de vidas humanas, agresiones a personas, casas, reparticiones públicas, medios de transporte e incluso lugares de culto de distintas confesiones religiosas”, así como el incremento en la migración de personas que provienen de naciones con enormes crisis. “Como sociedad, no podemos desentendernos del drama humano que vive cada una de estas personas”, interpelan los obispos.
Luego de este análisis hacen un llamado a llama a meditar con corazón sincero la Palabra de Dios, para el discernimiento cotidiano, más allá de las posibilidades que se tengan de participar en la Santa Misa presencialmente o a través de los medios telemáticos. “Invitamos a una oración de petición, humilde y confiada en el buen Dios. No dejemos nunca de orar incesantemente por el don de la vida y la salud, de la justicia y la paz” agregan los pastores, resaltando el mensaje de Cuaresma 2021 del Papa Francisco: “la vía de la pobreza y de la privación (el ayuno), la mirada y los gestos de amor hacia el hombre herido (la limosna) y el diálogo filial con el Padre (la oración) nos permiten encarnar una fe sincera, una esperanza viva y una caridad operante”.
“En consecuencia, como expresión de cercanía y solidaridad con los que sufren la marginalidad, el abandono o la enfermedad, este tiempo de Cuaresma nos abre la posibilidad de comprender más a fondo sus carencias y anhelos, desde las nuevas pobrezas que ha causado la pandemia y sus efectos. En Chile, nuestra campaña “Cuaresma de Fraternidad” mantiene su opción prioritaria hacia las familias inmigrantes, especialmente frágiles en su vulnerabilidad. Les invitamos a conocer los esfuerzos que se han hecho y a sumar nuevos en el sitio www.cuaresmadefraternidad.cl”, destaca el Comité Permanente de la CECh.
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