En la Diócesis de Rancagua muchas mujeres que participan en distintos consejos y departamentos pastorales, a algunas de ellas consultamos este 8 de marzo -Día de mujer- por el rol de la mujer en la iglesia.
Patricia Zapata (Mov. Focolares), asesora diocesana de Pastoral Juvenil
“Si pienso al rol de la mujer en la Iglesia no puedo dejar de pensar en María. En María hoy, una mujer empoderada, capaz de dar un sí valiente, contracorriente. Ella, que era la Palabra hecha vida, y que lo demostró yendo a visitar a su prima Isabel, acudiendo rápidamente en ayuda de quien la necesitaba; cantando el Magnificat, demostrando así su cercanía con cada hombre con cada mujer, una revolucionaria alegre y esperanzadora… Ella en la que Dios puso toda su confianza para empezar una nueva historia.
Ella en medio de los apóstoles, guiando con su presencia el origen de la Iglesia. Iglesia en la que cada uno de manera armoniosa comparte sus dones y carismas puestos al servicio de la comunión.
Creo, sin dudas, que hoy es necesario resignificar el rol de la mujer, que no significa uniformarlo al del varón, pero sí en su especificidad que adquiera su fuerza y su potencia con la radicalidad de María... Compartiendo la responsabilidad, siendo co-responsable de la misión evangelizadora de la Iglesia”.
Amparo Purán, Coordinadora del Consejo Diocesano de Laicos
“Creo que (el rol de la mujer en la Iglesia) debe ser un rol más protagónico, en el sentido de no sólo ser la secretaria o la ayudante, que sin duda juegan un rol fundamental, si no también que la mujer tenga el espacio de proponer y poder tomar decisiones, es decir, que tenga voz y voto en la Iglesia. Entregando su esencia femenina en las discusiones, su punto de vista desde la experiencia/posición de ser mujer, o se,a entender que se debe ir atendiendo a los signos de los tiempos, así como en toda índole social”.
Teresita Cruz, Miembro del Consejo Diocesano de Prevención de Abusos
“Creo que el rol de la mujer en la Iglesia está subvalorado. Por mucho que se diga que su presencia es importante, en términos reales no lo es.
La única forma de que de verdad se amplíe su rol es que acceda a cargo de opinión y decisión dentro de la Iglesia. Mientras todas las decisiones finales las tomen los hombres es difícil que se refleje la real opinión de la mujer… Siempre en los consejos hay mujeres, lo que está muy bien, pero al no tomar ellas las decisiones finales se pierde su mirada femenina, que es uan mirada valiosa y complementaria a la del hombre”.