El pasado 15 de agosto, en las diferentes parroquias de la Diócesis de Rancagua celebraron la fiesta de la Asunción de la Virgen. “Una fiesta -dijo el obispo de Rancagua, monseñor Guillermo Vera- que nos invita a mirar al cielo, a mirar a la Virgen glorificada, participando de la misma gloria del Señor y regalándonos la esperanza de que esa gloria no es sólo para ella, sino que también para nosotros, que Jesucristo la ganó para ella y para nosotros”.
Es por ello que la diócesis de Rancagua celebró a través de diferentes instancias esta solemnidad. Los jóvenes en el Santuario de Santa Rosa de Lima en Pelequén, donde realizaron un concierto. Mientras que el domingo participaron de la Eucaristía.
Ese mismo día, el obispo Guillermo Vera celebró la Eucaristía en la parroquia Nuestra Señora de la Asunción, de la comunidad Madre de Dios, por el Día de la Vida Consagrada.
Posteriormente compartió un almuerzo con más de una veintena de religiosas.
En las parroquias también celebraron la Asunción de la Virgen. Es así como en la parroquia Monte Carmelo de Rancagua celebró la Eucaristía de las 12 horas, donde el padre Cristián Salazar junto a un grupo de fieles se consagró a La Esclavitud de Jesús por medio de la Virgen María.
Además se celebró el “Día del Acólito” donde los niños y jóvenes, ya instituidos (7) renovaron sus promesas como servidores del altar y participaron activamente en esta celebración.