Nos hemos preguntado muchas veces ¿qué es lo que de verdad anhelamos? Desde que comenzamos a abrirnos paso en el mundo, éste nos propone y a veces nos impone distintas opciones y respuestas: ser exitoso, tener dinero, poseer bienes materiales, ser poderoso.
De cara a esa realidad, durante tres días, 170 jóvenes católicos de todo Chile nos hemos reunido en Punta de Tralca para orar, dialogar, compartir fraternalmente nuestra experiencia de fe y nuestro compromiso como jóvenes chilenos. Hemos dialogado sobre nuestra realidad en distintos ámbitos: eclesial, político, artístico, laboral, universitario y secundario. También hemos abordado realidades sensibles, no siempre fáciles de afrontar, como el desempleo, el abandono, la homosexualidad, y especialmente la falta de Dios. Constatamos una realidad en la que día a día está primando el individualismo y en la que, poco a poco, nos apartamos de un trato más digno y de una sociedad más justa. El acontecer nacional nos entristece. Nuestro Chile alberga realidades que no favorecen la justicia social. Los adolescentes que encontramos con depresión y sin sentido, los brotes de violencia como respuesta ante tanta indignación, la cantidad de jóvenes cautivos por la drogadicción y la delincuencia, son realidades de las que debemos hacernos cargo.
Estamos preocupados. Esta realidad es reflejo de una cultura de la muerte. Hace algunos años nuestros obispos de América Latina nos motivaron: “Que nuestros pueblos en Jesús tengan Vida en abundancia”. Un mensaje esperanzador que nos convoca y moviliza.
En estos momentos también difíciles como Iglesia, queremos hacernos partícipes de una verdad dolorosa, asumiendo que nosotros jóvenes no hemos tenido los espacios ni cumplido un rol suficiente y necesario, acompañándonos en un Chile que está perdiendo el alma.
Compartimos hasta hoy un gran ejemplo de vida: Cristo. Es Él quien nos ha entregado la enseñanza más grande, y el sentido más profundo de nuestra existencia: amar dando la vida por los demás.
Somos miles de jóvenes a lo largo de todo Chile que hemos vivido la experiencia más radical y profunda de nuestras vidas: encontrarnos con el Señor. Y no queremos esconderlo sino anunciarlo porque estamos profundamente agradecidos. Así, nuestro mayor anhelo es que todos se encuentren con Él, para que en Él tenga Vida.
Apelando a todos los jóvenes de buena voluntad, cristianos y de otros credos, creyentes y no creyentes, les invitamos a comprometerse, a dar la vida por los demás. De norte a sur y de cordillera a mar, hagamos de Chile una mesa para todos.
En todo rincón de nuestro pueblo nos encontramos con jóvenes que día a día han asumido este compromiso cristiano. A ellos queremos entregar una palabra de aliento: ¡continúen dándolo todo por desborde de gratitud y alegría!
Respondiendo a nuestros anhelos les decimos: gasten la vida, pues hay más felicidad en dar que en recibir. Encomendamos estos propósitos a la Virgen María, madre de nuestra patria, y les renovamos nuestro afecto en Cristo.
Delegados de Pastoral Juvenil de Chile.
Punta de Tralca, 22 de abril de 2012