El martes 14 de agosto, el Consejo Regional aprobó el financiamiento para el proyecto de restauración y reposición del templo parroquial de Paredones severamente dañado por el terremoto de febrero 2010. El proyecto, diseñado por la arquitecta Amaya Irarrázaval, tiene un valor levemente superior a los $700 millones y considera recuperar los muros impermeabilizándolos debido a que hay mucha humedad en esos terrenos; reponer el sector del altar que quedó destruido, volviendo al diseño original que le dio el arquitecto Teodoro Burchard, con un ábside en semicírculo.
El párroco, padre Luis Rubio, destaca dos dimensiones en esta obra: “en lo cultural, dice, muchos comparten que Paredones no sería lo que es sin su templo parroquial; el templo da al pueblo su identidad propia. La imagen del pueblo es el templo rodeado de casas coloniales. La enorme cantidad de gente que pasa y visita el templo, siempre abierto, es una muestra del significado que tiene. El diseño hecho por Amaya es muy apropiado a esa identidad y al potencial turístico que tiene”.
Explica que el templo se empezó a construir en 1882 por lo que para las personas mayores es parte de su historia familiar. Dice que venía gente desde los diversos sectores a trabajar por semana, por lo que muchos recuerdan que sus abuelos trabajaron en su construcción. “Por esto, las personas tienen un gran apego al templo ya que es la casa donde hacemos oración y en sus muros está la historia de sus familias”, dice el padre Luis.
“A los funerales asiste mucha gente acompañando y compartiendo el dolor de los deudos, agrega el padre Luis. Es una fuerte expresión de solidaridad para la cual el templo responde mejor por su significado para las familias y por ser más adecuado que la actual capilla”.
Todo esto se ve concretado en la ferviente oración que toda la comunidad ha mantenido a su patrona, la Virgen de las Nieves, culminando la aprobación del proyecto precisamente en los días en que se celebró la fiesta dedicada a la Virgen patrona de la parroquia. “No deja de ser una feliz coincidencia que muestra el cariño de la Virgen por nuestra comunidad”, dice el párroco.
Manos a la obra
Después del terremoto el templo quedó inutilizable por lo que la comunidad se puso manos a la obra y construyó una capilla para la cual tomaron el mismo diseño de los galpones coloniales que existen en la zona hace 200 años hechos con tapa, barro y mucha madera. Con aportes económicos de la misma gente y de la Municipalidad hicieron esta capilla transitoria para 200 personas sentadas que, una vez que el templo esté terminado, será utilizada como salón parroquial. El mobiliario y otras obras del templo están siendo utilizados en ella.
El Padre Luis Rubio destaca el apoyo del alcalde y de los profesionales de la Seremi de Desarrollo Social y Subdere quienes orientaron la preparación del proyecto: “sin su ayuda habría sido muy difícil y destaco sobre todo que tuvieron mucha delicadeza para darnos orientación y esa paciencia es impagable”.